Cárolin Alomá, la más joven coreógrafa de Bailando en Cuba 2
Con apenas 22 años la bailarina Cárolin Alomá se desempeña como coreógrafa en el show televisivo Bailando en Cuba 2, que por estos días llega a los hogares en su segunda temporada, a través de la señal televisiva del canal Cubavisión.
Graduada de la Escuela Nacional de Arte, la talentosa bailarina ha transitado por diferentes compañías, complementando sus saberes en diferentes estilos.
“Estuve en las Compañía Rosario Cárdenas, Havana Queens, Habana, Santiago Alfonsoy muchas otras, todas han aportado mucho a mi complemento como profesional de la danza.
“He trabajado como coreógrafa en galas de Jazz, junto a importantes cultores de ese género musical como los maestros Bobby Carcassés y Gonzalo Rubalcaba, y ahora estoy en este maravilloso proyecto”, comentó.
A la interrogante de cuánto ha aportado su tránsito por las academias y por las compañías antes mencionadas, a lo que está haciendo en la actualidad, la respuesta fue: “La danza es una mezcla de todo y eso lo demuestro en mis creaciones, lo mismo tomo elementos contemporáneos de una de las compañías, o algo acrobático para ponerlo a disposición de los jóvenes que preparo.
“Recuerdo los mínimos detalles y me han sido útiles para la proyección coreográfica, y sobre todo recuerdo la imagen de mis maestros, lo que trato de proyectar a los muchachos.
“La particularidad de cada uno de los que me preparó viene a mi mente, los he ido mezclando en la creación de base material de estudio propia para aportarlo a ellos, a lo que sumo mi juventud, algo que les encanta, por ser coetáneos, esto facilita el trabajo y la frescura de las coreografías.
“Con mi trabajo pretendo transmitirles seriedad y confianza para que puedan seguir e imitarme en el sentido de los movimientos, y que proyecten una buena imagen”.
Desde su visión como profesional de la danza, los requisitos que deben cumplir los jóvenes competidores: la técnica y el virtuosismo, a lo que deben anteponer “la naturalidad de cada uno, me interesa mucho su proyección escénica y la cubanía expresada con pasión, ritmo y sabrosura en el momento de la interpretación.
“De igual manera es especialmente importante la conexión que debe tener con el público”, subrayó.
En referencia al vínculo entre coreógrafos y bailarines, la entrevistada apuntó:
“La temática que vamos a desarrollar, la música con que trabajaremos y la pareja a preparar son asignadas por la producción del programa, pero al final es rotativo, porque a diferencia de la edición anterior, trabajamos con todas las parejas.
“Lo más importante de esto es que también aprendemos de sus experiencias, ellos contribuyen mucho con nuestras ideas y entre todos las fertilizamos en busca de un producto final de calidad.
“Eso representa una excelente relación personal sobre la base de la comunicación, en pos de un propósito común”.
El momento más difícil que ha vivido esta joven bailarina ha sido el fracaso de una de las parejas con que se compenetró, y que recordó así:
“Hubo un fallo que no estaba previsto, porque habíamos trabajado muy duro, pero los nervios traicionan, a lo que se sumó el poco ensayo con el vestuario final, con el cual se ensaya muy poco.
“Cuando al final una de las parejas que preparé con ahínco tuvo su momento de presentación, falló el vestuario y eso afectó la coreografía en su totalidad. Verlos perder la oportunidad de hacer algo impresionante y que no funcionó, fue crítico”.
Como parte de la continuidad de su preparación, Cárolin Alomá estudia Danza Contemporánea en la Universidad de las Artes (ISA), además se desarrolla como bailarina en Compañía Habana, a lo que suma proyectos en solitario.