ComunicarTV, espacio de reflexión y diálogo
Cada martes, en el Pabellón Cuba, se reúnen el público, los especialistas, los investigadores, los realizadores, los actores y debaten acerca de los proyectos televisivos. Muchos temas suscitan reflexiones valiosas en pos de mejorar las puestas en pantalla. Uno de los más interesantes y ricos en cuanto al análisis que promovió fue la producción televisiva para y por el adulto mayor en Cuba.
Como es habitual, en la cita estuvieron presentes Cari Rojas, directora de Comunicación de la TV Cubana, Nelia Casado, asesora e investigadora del Instituto Cubano de Radio y Televisión, y Raidel Santana, organizador de ComunicarTV. A ellos se sumaron esta vez algunos integrantes de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana.
Nelia Casado, la conductora del espacio, inició el debate aludiendo la importancia de la programación televisiva para el adulto mayor, pues como ella planteó, existen programas dirigidos a este segmento de teleaudiencia, pero son poco divulgados por los medios. Después de este preámbulo, invitó a los presentes a hacer sus planteamientos.
Una señora del público planteó que el adulto mayor es el mayor consumidor de los programas televisivos, ya que por lo general es quien permanece más tiempo en la casa y aunque los programas son para todo el mundo, todos no siempre están en el hogar: los más jóvenes estudiando durante el día y por las noches en otras actividades propias de la edad, otra parte del núcleo familiar está trabajando.
En sentido general, los programas se hacen para público generalista y no propiamente para el adulto mayor. Este es el caso de las novelas, generalmente las ve todo el núcleo familiar, así como otros dramatizados , de participación e informativos, por ejemplo: Vivir del cuento, de amplia teleaudiencia; La neurona intranquila, el Noticiero Nacional de la televisión, entre otros.
Hubo críticas para la programación del sábado, tema debatido en otra ocasión. Los televidentes insistieron en que sobre todo ese día está la familia está reunida ante el televisor y no siempre la programación cumple las expectativas del televidente. Apuntaron que debe ser un programa variado que guste tanto a los jóvenes como a los viejos; además, refirieron la necesidad de dinamizar la programación pues ha caído en la monotonía.
Primó el criterio de que muchos buenos programas preferidos por el adulto mayor se han ido perdiendo; por ejemplo entre los pocos musicales existentes en la TV nacional, debe incluirse de vez en cuando el género lírico, sobre todo con zarzuelas españolas y cubanas. Catalogaron de positivo que se mantengan en la parrilla de los canales educativos los espacios: La danza eterna, Bravo y Un palco en la ópera, por en el mismo horario de la telenovela que transmite Cubavisión.
Por otra parte, Cari Rojas planteó que no se debe estigmatizar al adulto mayor y remarcó la pertinencia de realizar un estudio de los horarios para que los programas no coincidan y el televidente pueda disfrutar de todas las propuestas.
Resulta vital comprender que con la programación destinada a los jóvenes el adulto mayor aprende y la destinada a la tercera edad puede educar a la juventud.
Los asistentes a ComunicarTV reconocieron que adulto mayor debe disfrutar de un programa sobre la sexualidad en la tercera edad, al tiempo que se aprenda en aras de responder las preguntas de los nietos adolescentes.
Especialistas de la Cátedra del Adulto Mayor consideraron que hay muchas maneras de dedicarles un programa a los mayores. Mencionaron la posibilidad de concebir un proyecto televisivo titulado Mi proyecto de vida, con el propósito de borrar un poco los prejuicios de antaño a través del diálogo dramatizado entre abuelos y nietos.
Miembros de la Asociación de Pedagogos de Cuba mencionó el programa Gerontología, enfocado en que la población conozca más sobre el adulto mayor en el país. Refirieron además la experiencia provechosa de la emisora CMHW, con su espacio Hoy es siempre todavía, que tiene una gran audiencia y al cual asisten psicólogos y otros especialistas.
Hubo otras intervenciones que criticaron el uso de letras muy pequeñas en los subtítulos de filmes y seriales foráneos, difíciles de leer por casi todos los mayores.
Para Raidel Santana, la familia debe mantenerse unida, y apuntó la presencia en la pequeña pantalla de propuestas que unen a jóvenes y adultos, como Vivir del Cuento y las novelas. De ahí la búsqueda constante de diversidad en la programación.
La compañera Mayra Fraga, del Departamento de Opinión Pública de la TV Cubana, compartió algunos datos con los presentes. De acuerdo con un informe especializado, el 99 por ciento de las personas que se comunican con dicho departamento son adultos, estos plantean que sus programas preferidos eran los dramatizados, los musicales y los humorísticos, casi todos de Cubavisión, porque los de los otros canales carecen de promoción.
Según Fraga: “Enfrentar el reto del envejecimiento ya no se limita a reformar los servicios a las personas mayores, es necesario reconsiderar la manera que se responde a sus necesidades”. He ahí un desafío para los medios cubanos, especialmente para la televisión, que sigue reinando en los hogares.