Defender las jerarquías culturales
Serie De amores y esperanzas
Los cambios producidos en el sistema mediático durante la última década forman parte de una red global de comunicaciones, por ella circulan con facilidad la televisión y los nuevos servicios audiovisuales. Esto conlleva transformaciones en programas, géneros, contenidos, sistemas de producción, distribución, recepción.
En el reciente cónclave del Consejo Nacional de la Uneac, en la Biblioteca Nacional José Martí, donde se convocó al 9no congreso de la organización, a celebrarse en 2019, el informe presentado por la comisión Cultura y Medios destacó la importancia de la apreciación y el conocimiento del audiovisual desde edades tempranas, tomando en cuenta los diversos niveles de enseñanza en Cuba.
Sin duda, resulta esencial entrenar las miradas, cada puesta en pantalla exige distinciones propias, un sistema de pensamiento visual, pues la utilización del lenguaje es verbal e icónico. Los públicos heterogéneos, participativos, son expuestos a productos banales propensos a lo rápido y lo furioso que favorecen distracciones sin utilidad cognoscitiva.
El nuevo sujeto digital recibe fuentes no fidedignas, las cuales establecen intenciones manipuladoras mediante una euforia envuelta en cierta apariencia de “verdad” fabricada a ultranza.
Por ello, cuando la intencionalidad y los presupuestos estéticos reafirman la creación cultural de un espacio, este merece destaque en el diseño de la programación televisiva.
Poco se ha promovido –no con la sistematicidad que merece-, la serie documental La epopeya de Angola (Multivisón, martes y jueves, 8:59 p.m.). Los más jóvenes desconocen esa historia y la heroicidad de sus protagonistas, es una manera de recrear la historia para transmitir valores, actitudes positivas, las complejidades de una guerra que tuvo trascendencia para nuestro país y el continente africano.
Durante el período veraniego programas institucionales de la cultura promueven visitas a museos, presentaciones de libros, conciertos, actuaciones de artistas circenses y otras manifestaciones artísticas: teatro, música. Les corresponde a la Radio y la Televisión difundir ese rico acervo artístico en los canales y las emisoras radiales.
En gran medida lo que las ciencias teorizan son modos de percepción prefigurados por la artisticidad. Existe una subjetividad colectiva, esta se desarrolla cuando un grupo de personas comparten una acción para darle solución a problemas profesionales de otra índole. El ser humano construye una sabiduría personal, es preciso nutrirla con el fin de clarificar emociones y comprendernos mejor.
La cientificidad en el ámbito de la experimentación estética está dando lugar a un nuevo modo interactivo entre los sentidos que influye en la sabiduría popular, el conocimiento de investigaciones, lo sensorial, lo simbólico.
La serie De amores y esperanzas (Cubavisión, sábado, 8:30 p.m.) tampoco ha sido promovida, ni siquiera en la propia TV, ¿por qué no se realizan encuentros con el equipo de realización y la prensa para socializar vivencias, complejidades de la puesta? Hay que pensar en el espesor de la heterogeneidad, en la diferencia de gustos y sensibilidades considerando nuevas condiciones del saber, las cuales incentivan modos de comunicar. Estos son niveles de organización del espectáculo que pertenecen al reino de lo intangible, deben cautivar desde la pantalla.
Durante el verano crece el desafío de complacer a las mayorías, ansiosas de que el medio televisual y la radio satisfagan buena parte de sus expectativas, respecto a información, entretenimiento, aprendizaje, desde enfoques educativos, culturales.
La niñez merece una atención especial, descubrir fábulas, personajes, relatos edificantes, que influyan en la imaginación y abran nuevas puertas al conocimiento. En esencia, significa dar los primeros pasos para ir descubriendo mundos mágicos, reales, y adicionar nuevas preguntas para conocerse a sí mismos y al mundo.
