El bichito de la radio
El Festival de la Universidad de las Artes realizado en el mes de septiembre, convocó a estudiantes, egresados y profesores de la Facultad de Arte Teatral al relanzamiento del libro publicado por la Editorial José Martí: “Salvador Wood. Una vida llena de recuerdos”, de los autores Rolando Álvarez y Martha Guzmán.
En el Salón de Mayo del Pabellón Cuba, Ana Elena de Arazoza, Jefa de Redacción de la casa editora, presentó la publicación que resume la trayectoria vital de uno de los más legendarios actores de nuestro país.
Patricio Wood acompañó a Ana Elena en la rememoración de la personalidad y la obra del Premio Nacional de Radio 2003 y de Televisión 2018, con la exhibición del documental “Una historia costeña”, dedicado a sus padres: Yolanda Pujols y Salvador Wood.
En el encuentro, los asistentes pudieron conocer de la entrega y el respeto al público que acompañó la ejemplar conducta artística y ciudadana del actor santiaguero, además de sus características personales como hombre íntegro, amigo leal, bromista y padre de familia.
Según Patricio, su padre encontró sentido a la actuación de una manera espontánea, pues debutó en la emisora CMKR de Santiago de Cuba como cantante aficionado en un espacio de participación. El niño hizo un mueble radial de una caja de madera y ofrecía su programación a los gatos del vecindario.
Más tarde, en 1940, volvió a la CMKR y motivado por el bichito de la radio se hizo habitual en la emisora al realizar tareas no remuneradas. De esa manera aprendió sobre el funcionamiento de la planta, trabajó como aprendiz de operador, estadístico de la serie de béisbol, operador de control remoto, locutor suplente y actor.
En 1944, con 15 años, debido a la amistad con el extraordinario actor y director, Juan Carlos Romero, hizo una sustitución de última hora en la emisora CMKW (Cadena Oriental de Radio).
Al salir bien del lance, en el que le temblaron manos y piernas, Salvador fue contratado como actor del cuadro de comedias y arte dramático creado por el matancero José María Béjar, participó en obras del teatro clásico español, en “Atalaya campesina” y otros programas variados junto a Wilfredo Rodríguez, Ada Béjar, Magaly Alou, Carmen y Yolanda Pujols.
A los 17 años integró la compañía de teatro bufo de Perozo Sanfiel con la que participó en una gira que recorrió varias provincias, y buscó oportunidades en emisoras de la capital.
Con la ayuda de Juan Carlos Romero nuevamente, Wood es contratado en RHC Cadena Azul donde se inició con la novela “La Virgen de la Caridad del Cobre, su vida y milagros”, dirigido por Alberto Arbesú e intervino en populares programas, entre ellos: “Los tres Villalobos”, “Tamacún” y “La Novela del Aire”.
Al enfermarse de anemia, regresó a Santiago de Cuba y a la CMKW, donde actuó y dirigió. En su estancia de un año en la tierra natal pudo compartir sus aprendizajes, introducir el uso de la cabina del director y el grabador, y la utilización del cronómetro para medir el tiempo o la duración del programa antes de salir al aire.
Volvió a La Habana y aunque más tarde permaneció en la radio santiaguera durante dos años con motivo del nacimiento de su hija, él y Yolanda se establecieron de manera definitiva en la capital como figuras exclusivas de RHC Cadena Azul.
En esa etapa, Salvador adopta el nombre artístico de Leonardo Robles a sugerencia del director Manuel Martínez Casado, quien resultaría fundamental en su formación. Trabajó como escritor y director hasta el cierre de esa emisora e incursiónó en Radio Progreso, Radio García Serra, Radio Cadena Habana, Unión Radio, y CMQ.
A los autores del libro “Salvador Wood. Una vida llena de recuerdos”, declaró su protagonista:
“Mi escuela fue observar trabajar a mis compañeros, oír a los viejos actores e ir sacando conclusiones…como me faltó una base cultural, cada vez que me enfrentaba a un nuevo personaje trataba de encontrarle su razón de ser, penetrar en su época, y medioambiente. Eso me obligaba a ir a bibliotecas, a leer y estudiar mucho”.
Al triunfo de la revolución, Salvador asume su nombre como artista y colabora, primero con Unión Radio en la responsabilidad de Jefe de programación y después en Radio Rebelde como actor, escritor y director.
En la jornada del Festival de las Artes, Patricio Wood se refirió a la forma en que el actor preparaba la biografía de sus personajes, leía e investigaba cada detalle que pudiera contribuir a su preparación interpretativa.
El realizador de “Aunque no piense en mi”, “Una historia costeña”, “Esa es la vida Octavio” y otras producciones, hizo énfasis en la importancia de la radio para la formación de los jóvenes actores, y cuanto deben muchos de los grandes intérpretes cubanos al ejercicio radial, el cual permite enriquecer la actuación, educar la voz y penetrar en las ideas del texto.
Salvador Wood destacó como líder sindical en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, fue miembro del Movimiento 26 de julio y su participación en la lucha anti batistiana lo llevó al exilio. Nunca abandonó el compromiso político por el que asumió tareas como Secretario del Sindicato del ICR y miembro del Consejo Nacional de la UNEAC.
Sobresalió por la sinceridad de sus personajes y el dominio de los distintos medios y géneros. La excelencia interpretativa que alcanzó fue notable en los filmes: “La muerte de un burócrata”, “El brigadista” y otras obras audiovisuales.
Además de ser uno de los fundadores de Tele Rebelde en Santiago de Cuba, tomó parte en innumerables seriados, entre los que recordamos: “En silencio ha tenido que ser”, “La frontera del deber” y “Finlay”, pero la radio fue la fiel compañera que lo acompañó en la pérdida de visión de sus últimos años.
Unido a la actriz Yolanda Pujols, también Premio Nacional de Radio, Salvador Wood creó una familia de imprescindible recordación y dejó el legado de una obra prestigiosa, respaldada por el compromiso del actor con su tiempo.