27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

El cumpleaños de la radio

La radio en Cuba cumple 99 años y es justo reconocer que sus mejores atributos no han cambiado
Radio Cubana

Radio Cubana

La radio en Cuba cumple 99 años y aunque mucho se ha hablado de esta nonagenaria, es justo reconocer que sus mejores atributos no han cambiado.

Su presentación oficial tiene como fecha el 10 de octubre de 1922, en un programa inaugural transmitido desde el edificio central de la Empresa Telefónica Cuban Telephone Company, contando con la interpretación de la Banda del Estado Mayor del Ejército conducida por Luis Casas Romero, las palabras del presidente Alfredo Zayas (en inglés y español), desde el Palacio Presidencial y una programación musical conformada por obras y poemas líricos, de acento cubano. Raúl P Falcón y Remberto O’Farril fueron los locutores que presentaron el suceso, responsables de identificar de forma bilingüe, el programa de la PWX.

Unos meses antes, el 22 de agosto de 1922, Casas Romero inauguró la planta 2LC, con las primeras emisiones continuadas que tuvieron como sonido de arrancada, el cañonazo habanero, brindando espacios musicales, el estado del tiempo y el servicio de la hora. El 16 de abril de 1923, comienza oficialmente sus transmisiones y sus dos horas iniciales, crecen a seis.

Aunque, de acuerdo con Oscar Luis López, Premio Nacional de Radio, “de 1922 a 1929, la radiodifusión cubana se desenvolvió en un medio eminentemente artesanal y de tanteos”, en mayo de 1924 existían en Cuba, 24 estaciones y continuaron creciendo pues, atendiendo al grado de aceptación que disfrutaba en esos momentos, resulta de interés comercial para empresarios cubanos y extranjeros radicados en nuestro país, por lo que recibe el impulso económico necesario para expandirse.

Sobre el discurrir radial en la década del 30, López afirma: “La radio cubana era una adolescente llena de inquietudes sociales y convicciones cívicas en la que ganan lugar el teatro radiofónico y sus intérpretes, a pesar de la prevalencia de los espacios de música popular, orquestas y solistas”.

A partir de 1939, una personalidad extraordinaria se une a nuestra radiodifusión, Alejo Carpentier. Su creativo modo de hacer como director, guionista y musicalizador, contendría presupuestos que hasta hoy, forman parte de nuestro quehacer.

La experiencia anterior de Carpentier en la radio francesa, lo motivaría a investigar de manera práctica y teórica sobre la técnica para escribir y adaptar una obra radial, la utilización de los efectos sonoros, los planos y la utilización de la música en función dramática. Ese estudio metodológico de la dramatización radial, contrastaría con el empirismo de muchos colegas que, en un principio, ignoraron sus ideas.

Sobre la radio Carpentier expresó: “La palabra, acompañada de ritmos y melodías o de simples acordes, cobra un relieve poético extraordinario”.

Ya en los años 40 del siglo XX, nuestra radio se distingue por la calidad actoral y mejores guiones, ganando en diversidad temática, aunque sesgados por intereses publicitarios, los cuales orientarían los perfiles de programación. Los más progresistas creadores veían, en la radio, la posibilidad de elevar el nivel cultural, aunque no olvidemos el alto grado de analfabetismo que existía en el país, lo que quedaba a merced de los intereses comerciales. A pesar de ello, este medio de comunicación se convirtió en un factor fundamental de la vida cubana, promotora de cultura, educación y discusión política.

El desarrollo de emporios radiales y la diversidad de emisoras en las seis provincias, encuentra en la televisión, una nueva rival. Competencia que cobra un giro inesperado a partir del triunfo revolucionario, al ser retadas ambas, por un nuevo rumbo ideológico, cultural y estético.

El 24 de mayo de 1962 se crea el Instituto Cubano de Radiodifusión, actual Instituto Cubano de Radio y Televisión (conocido por sus siglas ICRT), lo cual definiría nuevos propósitos para aquella dama, que un 22 de agosto de 1922 daría su primer baile de presentación social.

No hay baile sin pareja y muchos han sido los que han acompañado la producción radial, desde la soledad de una cabina, pero con la profesionalidad y el amor de los que hacen posible la comunicación sonora. Felicitemos a las grandes figuras de la radio, así como los concienzudos técnicos y especialistas que hacen posible festejar, una vez más, a tan excelente dama.

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