El ICRT de aniversario haciendo Cuba
Como cobijo de creación y puesta en marcha de los más diversos proyectos informativos, musicales, promocionales y deportivos, el próximo 24 de mayo celebra el ICRT un aniversario más de fecundo esfuerzo y mayores empeños.
Desde hace más de un año se ha incrementado la exigencia del trabajo en la institución, debido a la situación epidemiológica generada por la COVID 19. Por tal motivo se han detenido producciones, cerrado estudios de grabaciones y adecuado horarios para determinados espacios radiales y televisivos que exigen de lo presencial. En otras palabras: un conjunto de cambios ha modificado la dinámica sistémica, que aún no muestra señales de poder ser revertida.
Por tanto, la radio y la televisión han acudido con mayor insistencia a las reposiciones de algunas propuestas de gran aceptación hace tiempo atrás. Si bien en ocasiones no es lo más deseado, se promueve el rescate y la preservación de la memoria televisiva. Por eso, muchos agradecen y siguen el espacio de la novela en Cubavisón, que en estos momentos exhibe La cara oculta de la luna, donde disfrutar del personaje de “Leroy”, la siempre convincente Alina Rodríguez y la muy acertada Blanca Rosa Blanco, mantienen el listón en alto para los proyectos venideros. Lo mismo sucedió con la reposición de Casa de cristal, con sus tres partes, en horario vespertino.
Las ya mencionadas reposiciones continúan siendo opciones de lujo que convidan a la reflexión desde la universalidad de los conflictos. Y bajo esa máxima lo mismo ocurre con los programas infantiles, donde los pequeños pueden sonreír con las travesuras de Toqui y las enseñanzas de La sombrilla amarilla. De esta última sé que aún transcurrido el tiempo, padres y hasta abuelos, aun de reojo, siguen aquellas peripecias con gratitud.
En tiempos de Covid-19, la vida se ha reacomodado y los medios son una pequeña muestra de esa verdad. Por ejemplo, en materia de programación, la conferencia de prensa que imparte el doctor Francisco Durán García, director de Epidemiologia del Ministerio de Salud Pública, se ha integrado al horario habitual de las transmisiones, convirtiéndose en espacio necesario, esperado y consecuente con la política de la Revolución, en torno a la actual difícil situación de salud.
Por su parte, los eventos culturales, desarrollados a través de las plataformas digitales, no han estado ausentes de nuestros medios. Debemos dar palmas a los guionistas, directores de espacios, comunicadores de las distintas instituciones culturales que, de manera cohesionada, han logrado insertarse en los distintos espacios. Quedarse en casa, en ese sentido, además de preservar la salud, ha ganado un sentido de creación para los realizadores. Desde locaciones, muchas veces creadas únicamente para grabar fuera de estudio, programas de gran teleaudiencia han encontrado nuevos motivos para seguir al aire, sin perder su esencia.
La radio, igualmente, ha acudido al recuerdo y lo ha hecho con acierto. Por solo mencionar algunos ejemplos regresó, desde un cuidadoso trabajo de archivo, Alegrías de sobremesa, los mediodías cada fin de semana por Radio Progreso, mientras el Club de la Madrugada con su atinada combinación de música y temas de interés, ha desempolvado programas de primerísima calidad.
Muchas radionovelas han vuelto a crear las expectativas de sus años de aparición, sobre todo porque posibilitan el reencuentro con voces que lamentablemente ya no nos acompañan, pero significan un arsenal histórico al que necesariamente hay que acudir. Todas propuestas provienen de Radio Progreso, la Onda de la Alegría.
Oros espacios como Mezcla, desde Radio Metropolitana, continúa siendo en momentos tan difíciles ese oasis de cultura, donde el oyente en plena complicidad, siguen la alegría del Guille Rivera de la Rosa y Moraima Ruiz, liderados por Jorge Michelena.
El Exitazo, por su parte, desde Radio Taíno, no deja de hacer bailar con lo más popular de las orquestas nacionales y foráneas; mientras A buena hora, se consolida en Radio Taíno como un programa de esmerada selección musical y tratamiento de temas de índole cultural con plena vigencia, aun cuando sean rescatados algunas memorias de los archivos digitalizados.
Se aproxima el mes de agosto y el Icrt, en estas nuevas condiciones, procurará que la teleaudiencia sea partícipe del acontecimiento más importante del deporte: los postergados Juegos Olímpicos de Tokío. Tele Rebelde, en tales circunstancias, asumirá el complejo de reto de entretener, en condiciones nunca antes vistas.
En apretada síntesis, es la gran responsabilidad del Icrt distribuida en sus emisoras y canales nacionales, provinciales y territoriales, en tiempos en los que estar en casa, casi permanentemente como principio de vida, exige de una programación que complete esa imperiosa necesidad.
En breve, el director Ernesto Fiallo nos regalará la telenovela Vuelve a mirar, mientras que la serie humorística Al habla con los muertos, dirigida por Alberto Luberta próximamente se encontrará frente a su público. Esto demuestra que la rueda de creación no cesa, como tampoco la labor de periodistas y reporteros, que ofrecen información detallada sobre el acontecer social del país y cubren eventos de suma importancia, como el recién concluido Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Son solo breves argumentos que afirman una institución que se crece ante las exigencias de los tiempos, aun de los más insospechados. Profesionales de experiencia, junto a los nuevos que se integran, adquieren el compromiso de servir las exigencias de un pueblo que, este 24 de marzo, bien pudiera multiplicar aplausos por los héroes anónimos que desde la imagen y el sonido hacen Cuba.