19 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

“Formo parte de la nómina de los que hacemos radio con el corazón”

Entrevista con Félix León, periodista, realizador de sonido, locutor y director de programas en Radio Taíno

Artista de Mérito, merecedor del Micrófono de la Radio Cubana y de la condición Maestro de Radialistas

Para Félix León Guzmán director de programas, locutor y periodista en las emisoras Taino y Metropolitana, la radio no es un oficio o una simple profesión asumida nada más por remuneración monetaria. Para él, la radio es sobre todo respeto al oyente, entrega total, pasión y perpetuo amor.

Su formación periodística data de 1991, como miembro del movimiento de corresponsales voluntarios en el municipio Cotorro, en La Habana. El proyecto agrupó a personas que luego se convirtieron en profesionales de la radio de una extraordinaria calidad, a partir de estudios de habilitación en los centros de superación de la capital.

En el año 1992 Wilfredo Gil propuso a Félix trabajar en Radio Metropolitana como asistente de redactor de prensa. León Guzmán aceptó, aunque, según refiere, su inclinación siempre estuvo hacia la parte artística (edición, edición y grabación). Eso le llevó a superarse como sonidista, director de programas y locutor, aunque sin abandonar el periodismo.

¿Cómo lograba combinar tantas actividades y conseguir en cada una la calidad requerida?

–Además de gustarme el trabajo variado, antes el redactor de prensa tenía la obligación de grabar y editar a los periodistas, si bien eran trabajos de poca complejidad. En mi caso, la idea de incursionar en varias funciones me encantó. Todo ese periodo lo aproveché para prepararme aceleradamente. De hecho, alcancé el segundo nivel de Locución y entré a la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca), de donde soy egresado.

“Allí adquirí una formación integral como parte de la superación imprescindible para enfrentar nuevos retos. Desde mi formación en la radio provincial he obtenido premios provinciales en propaganda, nacionales con la revista informativa Novedades, de Radio Taino, como director y locutor. Fui premiado igualmente en géneros informativos, díganse crónicas, editoriales.

“Tengo lauros junto a profesionales como Aixa Hevia González (ahora en la Mesa Redonda) Rosa Pérez López, Ana María Ramos, con quienes trabajé de cerca. Precisamente fue ese currículo la vía para obtener la condición de Artista de Mérito de la Radio y la Televisión Cubanas, el Micrófono de la Radio Cubana, la condición Maestro de Radialistas y la Medalla Raúl Gómez García, el más alto reconociendo que otorga el Sindicato de Nacional de Trabajadores de la Cultura, entre otros lauros. Si bien los recibo con modestia, me dan fuerza moral para continuar adelante en este mundo de micrófonos, consolas y grabadoras”.

Sin intentar imitar, Félix asegura tener sus referentes radiales, personas cuya impronta devino derrotero profesional. “En ese caso están Douglas Fernández, excelente locutor de Radio Rebelde. Tomé mucho de su estilo, de la manera de hacer el proceso de grabación de los spots, era un verdadero maestro. De Carlos Figueroa Crespo, en la actualidad historiador en Sancti Spiritus, heredé la revista Novedades. Otro de mis maestros fue Eduardo Garcés Menéndez.

“Si bien he aprendido a hacer el trabajo artístico casi en su totalidad, mi zona de confort está en la locución. Me gusta sobre todo porque ofrece la posibilidad de buscar un estilo propio y de establecer un intercambio más directo con los oyentes a quienes aprendes a amar, además de ser amado”.

Félix ha hecho spots para programas televisivos y otros audiovisuales, los cuales han agradado a los televidentes y a la crítica especializada. Muchos se grabaron en el pequeño estudio de su casa en Playa, donde pone en función de sus creaciones la imaginación, la inteligencia y la creatividad. También se apoya en sus crecientes habilidades para afrontar la realización haciendo de todo, sin ser músico, poeta y mucho menos loco.

La obra de nuestro entrevistado no se ciñe de manera exclusiva a la práctica cotidiana en un estudio. Ha devenido profesor de varias generaciones se adentran en el sonido en las diferentes emisoras de la capital cubana. Fue esta una oportunidad dada por la Universidad de las Artes, donde es profesor.

En tres décadas de trabajo radial las anécdotas de Félix son cuantiosas, pero siempre recuerda una que lo marcó pues le hizo comprender cuán necesarias son las relaciones armónicas en un colectivo laboral. Siempre ríe al recordar esta vivencia: “Era la primera vez que hacía una transmisión en vivo. Se abrió el micrófono y me hicieron seña para hablar. No pude articular una palabra. Sudé y vi lucecitas de colores.

“Nadie me dijo algo, aunque se dieron cuenta de mis nervios. El locutor comenzó a hablar y, cuando el director me vio calmado, preguntó por señas si ya podía hablar y solo entonces volvieron a abrir el micrófono para mí.

“Son experiencias que traigo a propósito para demostrar la importancia de un buen colectivo en un proceso productivo. Te entienden y te sacan del bache sin censuras ni críticas. Esa es una de las razones por las cuales siempre he dicho que la radio, además de ser entrega, es llevarse bien con tus compañeros. Recordemos que en un programa de radio existen muchos factores que solo entrelazados armónicamente logran un producto final con calidad, tal como merecen los oyentes.

“Ellos son la principal razón de ser de quienes estamos inmersos en los menesteres radiales. No debemos olvidar tampoco que desde nuestra profesión somos servidores públicos y como tal debemos proceder. No importa si el oyente es un letrado o una persona de bajo nivel cultural. Debemos llevar el mensaje con dignidad y respeto, como parte del ABC de nuestra profesión”.

Por estos días de pandemia, en que la situación de nuestros radialistas es bastante complicada como la de todos los cubanos, Félix ha estado más activo en las redes sociales y en su estudio hogareño. Desde allí graba, edita y “hace maravillas”, a veces no sabe cómo, pero definitivamente lo logra y con tremenda calidad. Claro, para ello se ha hecho de un equipo técnico, “salido de mis esfuerzos monetarios”, aclaró.

A su juicio, “en el universo radial, aun cuando se conozca bastante por el tiempo en él, nunca se sabe todo y siempre hay algo que aprender. En mi caso, nunca he asesorado programas, aunque he ayudado a colegas en este desempeño. No obstante, siento mucho respeto por los asesores, de ellos parte todo el proceso productivo de un programa y depende su éxito, pero en ocasiones no se les reconoce como merecen.

Indica Félix: “el radialista debe escuchar bastante radio, oír su trabajo, saber dónde estuvo la falla o no puso la entonación requerida o la intencionalidad necesaria. Por otra parte, la radio debe escucharse para oír a otros realizadores, comparar estilos, tomar de cada cual lo positivo como referente para posteriores labores. Solo así la actividad es mucho más fluida y los creadores nos sentimos más seguros”.

No quise desaprovechar la oportunidad de obtener de este hombre-radio, como le llaman, algún consejo para quienes se inician en el mundo radial: “Que amen la radio, que la defiendan y la vean como parte de nuestra identidad, como patrimonio de la cultura cubana, la que nos identifica como nación”, sentenció.

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