La crítica y la investigación en las artes mediáticas
Como tanto, con mayor o menor complejidad según cada caso, la creación artística es un proceso, uno de los más complejos, en el que crítica e investigación lo mejoran desde la intuición autocrítica de sus creadores y allegados, con máxima complejidad por todas las exigencias requeridas que suelen obviarse, dañando.
Para comenzar, constatamos a diario que con todo lo rico y vasto que es nuestro idioma castellano, ciertamente no logra atrapar toda la complejidad de la realidad que designan, mucho más difícil cuando nos referimos a las más complejas realidades; en concreto, las polémicas fronteras entre la crítica y la investigación, si insistimos en verlas como dos universos aparte, a veces distantes, e incluso, los han llegado a enfocar como antagónicos excluyentes: o es crítica, o investigación.
Lógicamente, dilucidar esta aparente contradicción requiere en sí, una investigación teórico-conceptual que por miopías y facilismos, muy rara vez se emprende antes de tomar decisiones tan definitorias como es, de inicio, designar el objeto de estudio o el tema, porque parte del proceso y su complejidad es que distamos mucho aún de ser una sociedad científica, y la investigación es la que en tanto ciencia, nos acerca a la verdad, y a menudo se parte del prejuicio de que “se sabe” lo que se va a trabajar, y las investigaciones teórico-conceptuales suelen eludirse porque “no hace falta investigar lo que ya se sabe”.
Ciertamente, la investigación es para aportar nuevas verdades más profundas, y no repetir lo que “ya se sabe”; pero también rectifica o profundiza en aquello que “ya se sabe”, pero es cuestionable y suele demostrarnos que lo que creíamos que ya se sabía… no era tan así, y puede aportar la llamada “novedad científica”; esta ha sido la base de tantos errores que solo desde que se develan estas nuevas verdades, se pueden enfrentar para mejorar el mundo; en este caso, la creación artística; solo que tras sistematizar esos errores sin haberse avistado desde un inicio, es más difícil y enrevesada toda posible enmienda a un mejor cauce.
Crítica
Según el diccionario, crítica es “comentario, opinión o juicio sobre algo o alguien (…) necesariamente analítica (…) con connotación de sentencia cuando se establece una verdad… tema u objeto usualmente concreto, pero que puede dirigirse a lo abstracto”; “Interpretación…”; “…discernir la verdad, evidenciando previamente, la falacia o el error”; “conjunto de especialistas en evaluar y publicar estudios sobre arte”, su “dictamen”, vinculado a palabras como “crisis”. Se cita a nuestro Héroe Nacional José Martí, cuando define como “látigo con cascabeles en la punta”, al referirse al humor y la sátira en tanto críticas, e insiste: ”sátira como un látigo, pero nunca cruel” (El Diablo Cojuelo, 19 de enero de 1869).
Martí es indispensable al definir la crítica, y al respecto se extiende Víctor Pérez-Galdós Ortiz (“José Martí y sus criterios acerca de la crítica”; 21 de agosto de 2015, en Habana Radio) y ve que para Martí “la crítica le da color con la fantasía, la viste y atropella, pero (…) es buena por ser leal (…) Se ha de estudiar la obra ajena, no como una mujer fea estudia a una hermosa, que es como los críticos, incapaces casi siempre de crear, estudian a los que crean, sino como un padre estudia a su hija (…) Es el examen, sin que obligue a la severidad ni a la censura”.
Por supuesto, es cardinal e infaltable el ya clásico concepto martiano sobre la crítica, que asume como “el mero ejercicio del criterio” (en carta a Bartolomé Mitre y Vedia; Nueva York, 19 de diciembre de 1882), y en la Revista Universal de México (13 de noviembre de 1875), comentando la obra dramática La esposa del vengador, de José Echegaray, argumentó con su tan humana ética que tanto le identifica: “Soy indulgente para aquello que yo pudiera hacer y respetuoso para lo que no he hecho todavía y late aún informe en mí y me habla de vigor y aspiración”, y clasificó las obras (escénicas, pero válido para toda obra) en “la que crea y la que copia, la que fija y la que imita”.
Otros enfoques y desenfoques sobre la crítica
Sin embargo, la dogmática y descontextualizada enseñanza de los preceptos del Maestro lejos de toda ciencia y sin reales análisis, citándose por todos incluso con los propósitos más contrapuestos y hasta francamente anti-martianos, ha calado en la sociedad como todo lo contrario, induciendo una idea de la crítica enfocada básicamente a ensalzar los aspectos negativos desde un egocentrismo que se regodea y petulantemente, se pavonea y vanagloria destructiva. Es necesario puntualizar que la crítica, como se aprecia de los conceptos dados, es cotidiana de todos, pero entonces debemos especificar la crítica profesional, aquella que hacemos pública por nuestras funciones para las que a menudo, no se está preparado, y lejos de molestarse en la necesaria investigación, abusan de sus puestos y hacen públicos sus ideas improvisadas, con los desaciertos y peligros consecuentes, puesto que sus autores adquieren rangos de expertos y como tales son asumido por sus funciones sociales, aunque no lo sean.
Por eso otras veces he expresado mi incomodidad al ser citado como crítico, profesión que tanto admiro pero que a menudo, ignora y traspasa los límites hacia la criticonería, que es la que lejos de la investigación y de la ética, sin más base que su propia soberbia como dioses del Olimpo, pretenden imponer sus criterios apriorísticos al resto de la sociedad, con todos sus daños y riesgos. La crítica profesional solo nace del proceso que es la investigación científica, que es aquella que nos acerca cada vez más a la verdad, que es la función de las ciencias.
Investigación
Tal vez no fuera necesario apellidar “científica” a la investigación, pero no está de más, porque no la interiorizamos como la necesidad desde que nacemos, de responder y solucionar todos y cada uno de los problemas de nuestra cotidianidad y comprender el mundo; la científica en particular, aplica y aporta conceptos y métodos frente a problemas de otra universalidad y complejidad, demostrando. Nunca falta la subjetividad, que debemos aprovechar para enriquecer el proceso; pero justo la ciencia hurga en las bases lo más objetivas posible en su afán de acercarnos a la verdad, alejándonos de nuestros prejuicios y credos, ratificándonos o rectificando hipótesis y cuestionando estatutos establecidos y con frecuencia, dogmatizados en el tiempo, por breve que sea, cuando la ciencia nunca absolutiza, ni se cierra en sí ni excluye acrítica y ortodoxa otras opciones.
Y es el punto clave de estas líneas: toda investigación maneja criterios, con mayor o menor conciencia, de la misma forma que toda crítica profesional requiere de sus propias investigaciones para que el discurso a publicar nos acerque a la verdad, y no nos traicione en nuestra función social; patentar la mayor veracidad posible de cada postulado: hasta qué punto aporta o no, y se acierta o no en cada aspecto de la obra concreta. Entenderlas aisladamente, es erróneo y traiciona.
En las artes mediáticas
Todo profesional ha de investigar constantemente, si le interesa su propia calidad y actualización profesional; también, en las artes mediáticas, todos sus involucrados sin excepción requieren investigar continuamente en aras de su rigor y alcance, en todo tipo de obra, incluso la mayor ficción: desde el guion que ha de centrarse en una realidad y/o alguna irrealidad (a investigar siempre), la ambientación adecuada para cada escena de cada obra, la sicología de cada personaje en cada momento, que pueden ser los personajes más absurdos pero incluso lo más ilógico tiene su propia lógica que para fundamentar y comprender necesita ser investigada desde su propio instrumental… otro tanto requieren los directores, asesores, productores, asistentes… para asumir el espíritu de la obra.
También los intérpretes, sin limitarnos a los actores: cantantes, compositores, instrumentistas, efectistas sonoros, fotógrafos, diseñadores, otros artistas para la visualidad… la investigación los acerca a ganar en coherencia más veraz. Una dama con las indumentarias de siglos anteriores, no se mueve igual que una mujer actual acostumbrada a pantalones, motos y otras transportaciones; y evita los lugares comunes y esquemas: ya con estos personajes que están surgiendo en el mundo actual de felices inclusiones, no se puede interpretar “al homosexual”, sino a un varón que entre otras muchas identidades, según contextos, gusta de otros varones, tampoco de todos; no hay que identificarlo a primera vista ni por el vestuario ni forma de hablar… tan común como cualquier otro de los personajes, como es una realidad que incomoda a quienes prefieren los estereotipos fáciles.
Y por supuesto el diseño de vestuario y los vestuaristas, maquillaje y peluquería, la musicalización, la escenografía, el diseño de luces y los luminotécnicos, mientras que la crítica, desde la autocrítica de los creadores y sus allegados cuando es justa y exacta al investigar, va cumpliendo sus funciones, para el más feliz resultado, cuya justa valoración para mejores obras, solo emana de una investigación interdisciplinaria, y no sólo encuestas a considerar críticamente sin populismos: alcance histórico, artístico, ambiental, social… que lejos de reducirse mutuamente ciencia y arte, ambas se crecen hacia su mayor esplendor cada una.