La partida de dos grandes cineastas cubanos
En menos de una semana, la cinematografía, la cultura y todos los deudores de su arte hemos lamentado la partida de dos grandes cineastas cubanos, conocidos y reconocidos en el mundo entero: Enrique Pineda Barnet y Juan Carlos Tabío.
No siempre fue preciso acudir a una sala de cine para meditar, reír, llorar y por siempre agradecer y recordar sus obras. No pocas veces en la pequeña pantalla se desbordó la grandeza de esas películas que dan fe del inmenso talento y la raigal cubanía de esos dos realizadores, para que desde el hogar compartiéramos las intensas vivencias de La Bella del Alhambra, las simpáticas peripecias de Se permuta, las amargas verdades de Fresa y Chocolate, el épico lirismo de Tiempo de amar.
Hay un profundo duelo en la cinematografía nacional y sus fieles seguidores, y también el anhelo de que en estos difíciles tiempos de pandemia la Televisión Cubana rinda un póstumo homenaje a Enrique Pineda Barnet y a Juan Carlos Tabío transmitiendo esos filmes suyos donde nuestro pueblo se ha reconocido tal cual es, en cualquier momento, lugar y circunstancia.
Mucho habría de agradecerlo la teleaudiencia criolla. Mucho lo merecen también esos dos grandes cineastas cubanos que en menos de una semana han partido hacia otra dimensión de la existencia, para en ella seguir siendo inolvidables.