Legado de un acervo estético
El ser humano siempre ha danzado; al principio, sus movimientos pretendían imitar a la naturaleza, más tarde se identificaron con el espíritu mediante cantos y bailes. De modo paulatino la danza se socializa, del gesto nace el movimiento rítmico, que comunica ideas, estados de ánimo, la pertenencia a legados identitarios.
Como todo proceso artístico, la coreografía responde a métodos, procesos interiores y necesidades del creador.
Cada danzante desata energías inusitadas; el cuerpo cuenta historias, recrea personajes, dinamiza sentidos de la representación, se expresa con un lenguaje que aprecia e interioriza de manera particular.
El Ballet de la Televisión Cubana es un hervidero creativo desde su fundación en 1963. En los salones de ensayos, maestros y coreógrafos, rectifican a los bailarines, sus desplazamientos, el gesto facial, la línea del brazo, detalles del vestuario. Ningún motivo retarda la clase y el montaje de puestas. Allí todos son conscientes que el arte exige disciplina, dedicación, trabajo.
Al bailar para el espectador televisivo, los danzantes asumen la perspectiva del acto comunicativo diseñado con una visión particular; en este medio la evidencia de la imagen es su principio expresivo, se impone por encima del poder creativo formal.
En los programas cada intérprete dialoga con su entorno, innova; establece códigos culturales propios y universales.
El primer director de la compañía fue el maestro Luis Trápaga, quien aceleró el proceso de formación de bailarines para la TV con el método de técnica básica. Este incluía clases de ballet, elementos de bailes populares y folclóricos cubanos. Constituyó un punto de partida que desarrollaron coreógrafos y parejas, entre ellas Cristy y Tomás, Rosendo y Caruca, Gladys y Antonio, Tania y Erviti.
El Ballet de la TV Cubana se distingue por su personalidad estética. Ha logrado el crecimiento artístico y técnico, en el que influyen nuevas generaciones con formación académica.
Cristy Domínguez, reconocida con el Premio Nacional de Televisión y el Premio Nacional de Danza, es un referente en este colectivo que goza de prestigio, por el nivel artístico demostrado en espacios televisuales, producciones musicales, video clips, teatros y cabarets.
En el sentido del aprendizaje, el Ballet es una academia. Los jóvenes abarcan una gama de saberes y enriquecen su cultura artística.
El repertorio de la compañía incluye danzones, taps, rumbas, boleros, tangos, rock and roll, ballets.
Figuras notables defienden el apego a su vocación, entre ellas, Caridad Rodríguez, Caruca, Licenciada en Ballet Clásico en la Academia de las Artes, fundadora de la compañía, Premio Nacional de TV.
Cada espacio televisivo tiene requerimientos específicos que exige de la compañía incorporar diversas temáticas, estéticas, montajes.
Los danzantes son conscientes que el musical requiere aprovechar la valía del colectivo, el rigor y la riqueza expresiva.
Pancho González, Premio Nacional de Televisión, llegó a la compañía en 1967; desde entonces aporta ideas como bailarín, coreógrafo, especialista en variedades. Defiende el sentido de pertenencia al medio televisivo; al lenguaje de primeros planos y close up, que evidencian dominio escénico, elegancia, seguridad en el desplazamiento individual y de parejas.
En el Ballet de la TV Cubana prevalece el espíritu de superación. Recién graduados de la academia destacan los métodos de entrenamiento que conducen al perfeccionamiento del quehacer creativo.
Quizás por ello, en los salones de ensayos impera una máxima del maestro Ramiro Guerra, Premio Nacional de Danza: “las ideas andan vagando en el espacio, solo se posan sobre aquellas personas que verdaderamente las andan buscando”.
Aprovechar el acervo estético del Ballet de la Televisión Cubana es un propósito que se conquista en el escenario, ante las cámaras, y los públicos televidentes.
Pies de fotos
1- Disciplina y rigor imperan en las clases del Ballet de la Televisión Cubana.
2- Caridad Rodríguez, Caruca, (izquierda) y Pancho González, intercambian criterios e ideas.
3- El dominio del vestuario y otros atuendos incluye en el desplazamiento escénico.