10 de octubre de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Locutores cubanos analizan su desempeño

Los profesionales celebran el III Evento Científico-Pedagógico de Locución en La Habana.
Locutores de radio y televisión

Locutores de radio y televisión

Locutores de radio y televisión, periodistas de los distintos medios y profesionales de la comunicación palabra en general, celebraron el III Evento Científico-Pedagógico de Locución en La Habana.

En la escuela Fe del Valle, sita en El Vedado, se debatieron cuestiones imprescindibles como el estado y evaluación de la locución actual en Cuba y cómo el incremento de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TICs) influye de manera decisiva en la locución y el periodismo actual.

Durante el encuentro se desarrolló la conferencia magistral del profesor Rodolfo Alpízar Castillo, vicepresidente de la Asociación Cubana de Traductores e Intérpretes, quien accedió a ofrecer algunas valoraciones a En Vivo.

¿Qué necesitan mejorar la radio y la televisión para lograr un producto de mejor calidad?
Ante todo soy más oyente que televidente, por cuestiones de trabajo, la televisión me resulta más difícil, además la considero adictiva, porque cuando ves demasiados programas llega el momento en que no desea trabajar.

La respuesta se torna difícil. Cuando miro un programa lo hago a veces como espectador y en otras, como analista. Me fijo muchísimo en los locutores y conductores de programas y en la calidad de los guiones.

En los programas donde existen conducción y locución, a lo que me dedico, no puedo dejar pasar por alto la falta de cultura general de los involucrados en su producción y puesta en pantalla.

Me gustaría, por ejemplo, que en la TV el vestir estuviera acorde con el lugar y programa establecido, que se evitaran gesticulaciones innecesarias y que al final cumpliera con su función, la de entretener, y no caer en discusiones absurdas acerca de lo que es y no es banal, de lo que se puede y no se debe trasmitir. Existen diferentes programas para cada tipo de público, algunos prefieren Bravo, otros, un musical para bailar un ratico en casa. Debemos respetar esa pluralidad de opiniones. Al final, escoge el televidente.

Usted nombraba dicción y cultura general ¿cree que resulten herramientas imprescindibles para la labor del locutor?

El locutor tiene que ser una persona culta por sobre todas las cosas. Incluso, los aspectos de pronunciación se pueden mejorar, para eso están las escuelas, los logopedas, pero no puede dejar de estudiar, de aprender y superarse cada vez más.

Pero, lamentablemente, de eso adolecen mucho de nuestros locutores y se demuestra cuando se quedan en blanco frente a la pantalla y no saben darle nivel a la conversación sostenida. Todo locutor o profesional de la lengua, que es tanto el periodista, como el abogado o el economista, quienes utilizan la lengua como herramienta, necesitan también buena dicción.

¿Piensa que las nuevas tecnologías mejoran la acción comunicativa entre el locutor y el oyente o espectador?
La tecnología siempre debe ser bienvenida, aunque algunos la utilicen para esconder su burricie o su ignorancia. Los locutores no deben escudarse en ella, sino utilizar sus bondades y beneficios, pues son necesarios los correctores, diccionarios, la Internet.

No obstante, la cultura general es fundamental, porque, por ejemplo, los  correctores de textos en Internet se equivocan mucho en cuanto a sintaxis y ahí radica la diferencia, pues la persona instruida debe identificarlos rápidamente y corregirlos.

¿Se emplean correctamente palabras utilizadas últimamente en programas de TV como “jugadonga”, “placerazo”…?

Esa es un habla coloquial y se emplea de acuerdo a la situación en la que se está, casi siempre en situaciones de comunicación rápida. No es lo mismo que ese locutor me esté dando una conferencia radial, con un análisis más serio y pronuncie esas palabras. Creo que en temas de comunicación rápida se pueden utilizar, no estoy en contra de eso.

Una de las maravillas de la locución cubana, Bobby Salamanca, decía: ¡Tiembla el cañaveral!, ¡ Agarró la mocha¡ Imagínate que ya tu sabías que el pelotero había conectado un jonrón.

Ahora bien, no lo vayas a utilizar por ejemplo para presentar a Mozart, porque no cabe. Para mí lo fundamental de la lengua es como la ropa a utilizar. Yo no voy a una fiesta de quince vestido de la misma manera que voy a la playa o al campismo, porque son situaciones distintas, asimismo, tengo que usar un lenguaje para cada ocasión.

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