27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Lucía Altieri o la fuente de la juventud

El 13 de abril no es una fecha cualquiera para la italiana Lucía Altieri. Ese día nació en Italia y unas décadas más tarde aterrizó en las costas habaneras para instalarse entre nosotros.
Lucía Altieri

Lucía Altieri

El 13 de abril no es una fecha cualquiera para la italiana Lucía Altieri. Ese día nació en Italia y unas décadas más tarde aterrizó en las costas habaneras para instalarse entre nosotros.

Hace poco eligió la fecha para retirarse y, justo esa noche, el Teatro Nacional prestó su sala Avellaneda para que la Televisión Cubana, la Egrem, y la Embajada de Italia en Cuba la homenajearan.

La celebración evocó sus espléndidos 90 años de vida y los 60 de andadura artística, de los cuales buena parte ha tenido lugar en Cuba, patria adoptiva de la cantante y promotora cultural.

Esta última faceta no es menos importante en su trayectoria: ella ha coordinado semanas de la cultura de su país en el nuestro y viceversa; gracias a su gestión, notorios artistas cubanos se han presentado exitosamente en la patria de Dante y coterráneos suyos han actuado aquí durante años.

Altieri ha paseado su arte por medio mundo, participado y triunfado en festivales significativos de los tres continentes y grabado varios discos, entre ellos aquel inolvidable que hace más de 40 años editó la Egrem acompañada por el maestro Enrique Jorrín.

Muy recordado es también su espacio televisivo » Chao, Lucía » donde invitaba a importantes personalidades de la cultura cubana con las cuales compartía en grata charla.

El espectáculo donde colegas de varias generaciones rindieron a la artista merecido homenaje, rezumó vitalidad, fluidez y colorido.

Con guion de Cari Rojas y dirección de Ana Rabasa, significó también un recorrido por la canción italiana desde los años 50 a hoy, muchos de cuyos títulos han integrado el repertorio de la homenajeada, algunos incluso defendidos con éxito por ella en los aludidos certámenes competitivos.

Bajo la batuta y arreglos del maestro José Loyola y su Charanga de Oro, nuestros coterráneos, desde María Elena Pena y Pedrito Calvo a Rebeca Martinez y Anabell López, pasando por jóvenes valores de la música cubana, lograron adaptar a sus personales estilos las piezas, no pocas difíciles en sus estructuras armónicas, pero trasmitidas con indudables convicción y fuerza.

Las compañías de Tropicana y el Ballet de la Televisión apoyaron coreográficamente varias de ellas, todo dentro de un programa bien conducido por Bárbara Sánchez Novoa y Carlos Solar, y donde sobresalieron rubros esenciales para el éxito de este, como el elegante vestuario de Ismael de la Caridad, la eficaz producción de Elizandra Reigoza, el sonido de Raúl Nápoles, la escenografía de Alberto Pauste y el diseño de luces a cargo de Osmel Pons.

Todo coadyuvó a casi dos horas de buena música y vistoso espectáculo (será trasmitido próximamente por la televisión), coronado por el dueto final de la homenajeada con Laronte – importante colega en su vida personal y profesional – y la presencia de todos los participantes en escena más la entrega de reconocimientos por varias instituciones.

El público aplaudió y ovacionó complacido, demostrando desde el inicio el cariño y respeto por una artista querida, que recibe así toda la entrega y el amor que ha cultivado por y entre los cubanos, como una coterránea más.

Con sus espléndidos y juveniles 90 años, Lucía Altieri jamás se retirará de nuestra estimación como artista y ser humano.

¡Felicidades!

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