19 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

“Mi propósito es conectar con los oyentes”

Entrevista al locutor René Romero de Radio Reloj
René Romero

René Romero

Cada amanecer el matutino de Radio Reloj acompaña el inicio del día ofreciéndonos el impulso para emprender la jornada brindando información actualizada y orientación horaria. Entre los locutores de esa emisora es una buena sorpresa conocer al Artista de Mérito René Romero.

¿Cuándo surgió su vocación por la radio?

Soy matancero, mi padre era poeta, mi madre maestra y crecí en un ambiente cercano al buen decir. Desde niño sentí fascinación por la radio, mi abuela cocinaba según recetas y medía el tiempo de cocción gracias a Radio Reloj. Con cuatro o cinco años, me llamaba la atención el aparato radial e intentaba desentrañar la forma en qué funcionaba, buscando a las personas que hablaban por esas bocinas. También agarraba una lámpara de mesa e imitaba a los oradores políticos.

¿De qué manera llega a la radio profesional?

La vida dió tantas vueltas que comencé en la radio a los 16 años realizando prácticas como técnico en la cadena provincial Radio 26, hasta iniciarme profesionalmente en Radio Victoria de Girón, inaugurada en 1977 en Jagüey Grande, Matanzas.

Esa planta estaba dirigida al público estudiantil de las escuelas en el campo vinculadas al plan citrícola, en una iniciativa liderada por el presidente del ICRT, Nivaldo Herrera. La programación se apoyaba en los estudiantes para realizar las seis horas de trasmisión, proponiendo temas que partieran de las inquietudes juveniles y creando círculos de interés dirigidos a la actividad radiofónica. Fuimos cuatro compañeros a esa tarea: Carlos Lago, Darío Vila, la locutora Lili Saracho y yo. En aquel momento sentí que me habían regalado una emisora de radio; comencé como técnico de audio, realizador de sonido y también experimenté labores periodísticas, pues iba con una grabadora buscando información por los centros educacionales y carreteras. A veces estábamos varios meses sin ir a la casa, en unas condiciones laborales impensables, dormíamos en el piso, ateridos por el frío de la emisora, pero fue una experiencia preciosa. Estuve allí hasta 1981 en que comienzo en la emisora Radio 26.

¿Cómo fue su evolución en Radio 26 y qué espacios y géneros realizó?

En Radio 26 continúe como editor, grabador, realizador de sonidos, y me inicié en la locución ante una audiencia provincial trasmitiendo durante 24 horas. La formación en las emisoras locales, provinciales y algunas nacionales, te alista para hacer remotos, actos políticos, desfiles y todo tipo de género, desde programas campesinos hasta Festivales de Varadero o sepelios.

En las radios territoriales hay que hacer de todo, son necesarios los hombres y mujeres radio y más que recursos técnicos, el bien de mayor valía es la imaginación. Dirigí ocasionalmente, pero los espacios que más recuerdo fueron algunos en los que trabajé como locutor y que calaron en los oyentes logrando un alto nivel de aceptación, de ellos puedo mencionar Siempre joven, dedicado a la música de los 60 y 70, con las notas del periodista Manolo García, El Swing, enfocado en la juventud universitaria y Pida usted decir, junto a la locutora Teresita García, poseedora de una de las voces más bellas que he oído en mi vida y donde nos dirigió y acompañó en la locución Urbino Amaya, quien hoy es director de programas de Radio Rebelde.

El Swing resultó muy exitoso, ¿cuánto recuerda de ese espacio?

El Swing fue un programa que surgió en los duros años 90 y que humildemente contribuyó a eso que llaman cultura de la resistencia. La locución era “improvisada”, sin libreto, pero coordinada, perfilada, estudiada, antes de salir al aire. Aquellos eran momentos muy difíciles: Para establecer una inmediata comunicación con el oyente, decíamos que salíamos al aire a la hora del “invento”, aludiendo a la actitud cotidiana de buscar soluciones a aspectos críticos como el transporte y la alimentación.

En ese espacio tuve la oportunidad de entrevistar al comediante Chaflán, no podía valerme de un libreto y debía hacerlo sentir respetado. Para preparar esa entrevista fui a la hemeroteca de una de las bibliotecas más importantes del país, la Gener y Del Monte. El humorista nunca imaginó que yo mencionaría el hecho de que, durante la Campaña de Las Villas, Chaflán le entregó al Che, la planta de la que era dueño, director y locutor. Además, realicé entrevistas improvisadas al popular actor brasilero Rubens de Falco, el director argentino Tristán Bauer y otros cineastas que llegaban a la provincia con motivo del Festival de Cine de la Habana.

En varias oportunidades dialogué ante el micrófono con destacados músicos invitados al Festival de Varadero. De ellos puedo mencionar a Serrat, Alberto Cortés o Pablo y Silvio, en sus conciertos. En trasmisiones en vivo el libreto funciona poco, debido a que se requieren cualidades para describir y narrar, de manera que el oyente sienta que está presente en el lugar al que se hace referencia.

Al rememorar al periodista y guionista matancero Manolo García, usted ha enfatizado en lo beneficiosa que puede ser la presencia del escritor radial en los programas variados, ¿cuál es su opinión sobre los aportes de esa especialidad?

Me parece que es imprescindible el trabajo de mesa para definir los objetivos del programa y la existencia de un guion que vaya marcando las principales ideas que se abordaran en el espacio. El locutor no domina todos los temas, por lo que el guion es importante para evitar improvisaciones fallidas, que lamentablemente ocurren y de las que no se toma conciencia pues, en ocasiones, no existe la preparación adecuada ni la labor de investigación previa por parte de los locutores y el director del espacio.

¿Quiénes son las figuras de las que más ha aprendido en su trayectoria profesional?, ¿por qué?

Tengo amigos que fueron maestros: los tres primeros a los que me referí anteriormente en la experiencia de Radio Victoria de Girón y, además, me es imprescindible mencionar a Nelson Notario Castro y Manolo García.

Reconozco influencias profesionales que no me son cercanas en lo personal, pero impactaron en mi estilo de locución por coincidir en el tiempo. Entre esas figuras admiradas se encuentran Germán Pinelli, Consuelo Vidal y Manolo Ortega. Pude disfrutar de todos y estudiarlos. Al ser secretario de la Cátedra de Locución de Matanzas y asistir a la constitución de la Cátedra de Locución a nivel nacional pude coincidir con algunas de sus personalidades y conversar con ellas.

Dedicó algunos años a la especialidad del comercio del libro hasta volver a la locución de forma permanente en Radio Reloj, ¿qué significa para usted ser locutor de esa emisora?

A mi ingreso en Reloj tuvieron mucho que ver la destacada locutora Sonia Suárez y el periodista Nelson Rodríguez, quienes insistieron en que estaba hecho para esta emisora. Al trabajar allí vuelvo a los tiempos en que escuchaba la radio con mi abuela, por lo que me siento en esa casa radial como si hubiera pertenecido toda la vida. Hace casi 11 años que integro su equipo; comencé en el horario de 10:30 am a 2:30 pm y actualmente trabajo en el horario estelar matutino junto a Argelia Pera, Marlon Marlon y Daniel Pereira, los tres con una experiencia relevante en los distintos géneros de la locución.

¿Cuáles son los requisitos técnicos a los que deben prestar atención los locutores que se inician en esta planta radial?

Nuestra emisora, que este año celebra su 75 aniversario, exige a los locutores que nunca se realice una lectura fría, sin intenciones y desganada. La preparación cultural es imprescindible y tengo la percepción de que no se valora, comprende y estimula suficientemente la locución sui generis que hacemos, única en el panorama radiofónico cubano; una equivocación surgida en la rutina de lectura se oye en toda Cuba, lo que nos pone a prueba cada día, resultando, como lo más difícil, la primera media hora del turno.

Existen voces muy buenas que no pueden hacer Reloj, pues se requiere leer de manera impecable a primera vista, en vivo, dominar los nombres extranjeros de forma natural y alejada de la petulancia pues considero necesario, sin romper la norma, mantener la comunicación con el oyente, y siempre estar informado sobre temas nacionales e internacionales.

Desde hace unos años no trabajamos con papel, usamos una pantalla donde aparece el boletín de noticias, que vamos manipulando para adecuar el tamaño de la letra según nuestras necesidades, en el transcurso de la trasmisión. Ese recurso nos aporta mayor seguridad y precisión. La ventaja ganada en la lectura rápida permite anticipar la intención del texto y detectar los inusuales errores de redacción.

¿Qué es el botón del corte?

Un botón que nos permite silenciar los sonidos en la cabina cuando necesitamos limpiar la garganta en vivo, sin que el oyente se entere, contando con el colega locutor que nos acompaña en el turno. Es importante hidratarnos durante la locución para no presentar dificultades vocales ni interrumpir la trasmisión.

 ¿Ha compartido sus experiencias como docente?

Hemos heredado la labor del locutor y profesor Ibrahim Aput, quien se entregó en cuerpo y alma a esta labor. Argelia Pera, Daniel Pereira y yo, como miembros del Consejo Artístico, tenemos un mecanismo de trabajo en el que entrenamos en la práctica de Radio Reloj a locutores ya formados. No todos pueden asimilar el ritmo que exige nuestra emisora, le damos seguimiento mensual a las dificultades técnico-artístico y ofrecemos recomendaciones para mejorar el desempeño profesional, proponiendo distintos ejercicios.

El locutor de Reloj reúne muchos poquitos, pues es una locución diferente a la del resto de las radios, debes trasmitir en un minuto, una gran cantidad de intenciones, entonaciones e interpretaciones sobre cualquier temática informativa.

Una condición importante en esta emisora es que hay que pronunciar cada vocal y cada consonante; si dices vente en lugar de veinte puede sonar a gente, ente, a cualquier cosa. La información que trasmitimos es una cosa muy seria y hay que evitar que las personas que nos escuchan se confundan, debido a los malos hábitos de algún locutor, pero por regla general, en Reloj no se habla mal.

¿Cómo deben ser las voces femeninas de este medio de comunicación?

Deben aportar un balance con las voces masculinas sin que se advierta contraste. Soy de la opinión que la presencia de las féminas se ha reducido a una voz femenina y dos masculinas en cada turno, cuando pudieran ser dos femeninas y una masculina. He planteado esto anteriormente, donde corresponde, ¿por qué no empoderar a las locutoras?, estas valoraciones toman en cuenta el color de la voz y el ritmo, lo cual es determinante a la hora de formar equipos. En esta manera de trabajar incide el gusto pre-establecido creado en los oyentes desde la radio comercial. Generalmente la mujer hace de rotadora para que los hombres descansen.

¿Puede mencionar los reconocimientos que ha recibido en su carrera artística?

En Radio 26 hicimos programas que ganaron premios en la categoría Locución y con Enildo Pérez obtuve un Premio en Narración por un radio documental de mucha aceptación. Se me ha otorgado el Micrófono de la Radio y otras distinciones. Haber recibido la condición de Artista de Mérito recientemente fue una sorpresa. Constituye un estímulo tremendo para un apasionado de la radio como yo, y un compromiso para defender nuestro medio ante las nuevas tecnologías y la avalancha de información.

Lo principal es conectar con los públicos para que la radio sobreviva y los oyentes sientan que les estás hablando de sus vidas. Ese es mi propósito desde que me levanto cada mañana.

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