29 de marzo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Micrófonos en los oídos y cámaras en los ojos

Innumerables hechos, protagonistas, conflictos del tercer mundo protagonizaron las emisiones del Noticiero ICAIC Latinoamericano durante treinta años
Daniel Diez

Daniel Diez, fundador de la Televisión Serrana. Foto: Jorge Valiente

El registro audiovisual y la memoria de generaciones patentizan la prominencia del quehacer que revolucionó el cine informativo en la Mayor de las Antillas, América Latina y otros continentes.

Innumerables hechos, protagonistas, conflictos del tercer mundo protagonizaron las emisiones del Noticiero ICAIC Latinoamericano durante treinta años, del 6 de junio de 1960 al 19 de julio de 1990.

La experimentación osada, el valor estético, el sentido de estar en el lugar para concebir productos de calidad influyeron en la concepción de relatos verosímiles, estos capturaban gestos, rostros expresivos, mostraron en las pantallas cinematográficas transformaciones que ocurrían en la Cuba revolucionaria y en disímiles ámbitos políticos, económicos, culturales, deportivos y científicos de otras naciones.

El maestro Santiago Álvarez, director del Noticiero, desde 1961 defendió la proyección internacional en emisiones que denunciaron injusticias sociales de las mayorías desposeídas en recónditos lugares del orbe e incluyó testimonios de la lucha del pueblo vietnamita, la guerrilla en el Congo, situaciones complejas en disímiles contextos desde una postura cultural descolonizadora.

El hecho de cultivar la identidad propia, la primacía de micrófonos en los oídos y cámaras en los ojos durante el proceso creativo, propició contrarrestar los embates de la prensa reaccionaria, los anuncios comerciales, además de contribuir a la formación de nuevos públicos.

Este enfoque de periodismo cinematográfico visto en la pantalla televisual deviene un referente en el siglo XXI, pues las tecnologías imponen, a veces, determinado predominio del uso de artefactos sofisticados en detrimento del nivel jerárquico de la idea y del contenido que diseñado desde el punto de vista dramatúrgico logra artisticidad.

¿Lo distintivo del Noticiero? Privilegió la búsqueda de lo extraordinario en lo ordinario, se detuvo en lo que las personas suelen mirar, pero no perciben, buscó en las raíces de los acontecimientos. Sin duda, fue una escuela para directores, editores, técnicos del tercer mundo, empeñados en profundizar en las realidades de diversos entornos.

Al revisitarlos emerge la savia de propuestas informativas, en las que el montaje es un elemento fundamental, integra lo emotivo y la síntesis al recrear la noticia. Así lo ha referido Daniel Diez, destacado documentalista, quien trabajó como sonidista, musicalizador y periodista en más de 500 emisiones del Noticiero ICAIC Latinoamericano.

Según reconoció: “Esa etapa de trabajo fue única e irrepetible. El ICAIC además de una escuela formativa era mi segunda casa. Pude recorrer el país y parte del mundo. Me permitió estar cerca de Fidel, escuchaba sus reflexiones durante los viajes. Pude adentrarme en el universo del montaje cinematográfico, constaté la importancia del equipo en el audiovisual, la mágica relación entre el cine y la música, disfruté la plena libertad creativa. Comprendí que la crítica periodística es un camino necesario para enfrentar los errores, las dificultades”.

Diez ha hecho énfasis en el rigor, la intencionalidad en el uso de la imagen y los recursos técnicos. “Cada especialidad motivó a los realizadores al concebir documentales y ficciones. A Santiago le gustaba el contraste. Lo demostró en el noticiero sobre la muerte del Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, pues utilizó al cantante en su voz, en lugar de música sacra”, precisó.

En el Noticiero ICAIC Latinoamericano siempre estuvo presente el respeto a la inteligencia de los espectadores para que ellos tuvieran una mayor incidencia sobre los mensajes. En cada propuesta se veló por la renovación, la búsqueda de ideas, de planteamientos interesantes al establecer complicidades con las personas.

Hubo rechazo al didactismo, a la espectacularidad fatua en beneficio de la estética humanista que es una clave esencial del arte en cualquier manifestación sin límites de formatos o lenguajes.

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