12 de octubre de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Nancy González: cada personaje es un nuevo reto (I)

Nancy González

Quién no recuerda a la fría y calculadora Amalia de la telenovela Pasión y Prejuicio, a la arrogante María Antonieta de Salir de Noche, a la dulce Dalia de Sin perder la ternura o a Fela, la compañera de vida del Tavo en la icónica serie Su propia guerra.

La responsable de que esos personajes permanezcan en la memoria colectiva, es la misma actriz que, después de cuarenta años de vida artística, aún nos regala su “entrega” y sigue siendo un rostro de nuestros días la agradable presentadora con la que cada miércoles nos montamos en una Ruta 10 rumbo al bienestar para hablar de sexualidad en la edad madura, la madre cariñosa, la mujer emprendedora, la siempre gentil y carismática Nancy González.

Matancera de nacimiento, Nancy fue una de las primeras egresadas en actuación de la Universidad de las Artes (ISA). Luego de su graduación con la obra La emboscada, bajo la dirección de Flora Lauten, decidió regresar a su ciudad natal y recatar el Conjunto Dramático de Oriente, agrupación teatral donde dio sus primeros pasos como actriz y que, para ella, más que una escuela, fue su propia casa:

“Mis inicios en el Conjunto Dramático de Matanzas se remontan a mucho antes de mi graduación del ISA. Desde pequeña lo visitaba junto a mi hermano, que era actor del grupo, y tuve la oportunidad de participar en sus entrenamientos, ensayos, funciones y giras. Ese mundo me fascinó. Crecí soñando ser como aquellos actores de excelencia con los que contaba el Conjunto”.

“Luego, en 1976, me fui a estudiar al ISA cuando terminé el preuniversitario. Justo ese año, abría sus puertas la Universidad de las Artes y se hizo una captación por todo el país. Felizmente, fui elegida entre otros 25 muchachos y formamos el primer grupo de actuación de la Facultad de Artes Escénicas”.

“Al graduarme del ISA cinco años después —1981—, me encontré con un Conjunto devastado. Con las evaluaciones artísticas de los años 79 y 80, solamente habían persistido unos pocos actores y estaban en sus casas sin trabajo, incluso a uno de ellos lo habían enviado a la Unión Soviética a estudiar dirección”.

“Aquello me causó una profunda tristeza, por lo que entré en un diálogo con la Dirección de Cultura de Matanzas para que me solicitara al ISA, junto a varios de mis compañeros y poder darle una inyección de fuerza y juventud al Conjunto y revivir el trabajo que habían hecho por muchos años aquellos actores que yo tanto admiré. Para el grupo fue una alegría poder continuar unidos y poner en práctica todo lo aprendido de nuestra maestra Flora Lauten, en los últimos semestres de creación colectiva.”

Nancy González en el filme De tal Pedro tal estilla, del director Luis Felipe Bernaza (Foto: cortesía de la entrevistada)

El Conjunto Dramático de Matanzas con la incorporación del primer grupo de graduados del ISA, cambió su nombre por el de Mirón Cubano e inició una proyección diferente como colectivo escénico. Fue así que, para Nancy, trascurrieron cuatro años como actriz y Directora General del grupo, hasta que en 1986 comenzó una exitosa carrera en cine y televisión:

“Mi llegada a la televisión fue después de haber incursionado ya en el cine. Me encontraba filmando en Sancti Spíritus la película De tal Pedro tal estilla, del director Luis Felipe Bernaza, cuando recibí una llamada en la que me invitaron a participar en un casting para la telenovela Cuando la noche muera. Obtuve el personaje protagónico y fue así que comencé a dar mis primeros pasos en la televisión, guiada por Miguel Sanabria, a quien le estaré eternamente agradecida, pues fue él quien me enseñó el ABC de este medio en cuanto a la técnica, muy diferente al teatro”.

“De ahí continué trabajando con Antonio Silvano, Eduardo Macías, Antonio Vázquez Gallo, Erick Kaupp, con todos los grandes directores de esa época. Fueron años de intenso trabajo, en los que no pude parar ni una semana, salvo para recibir a mi primera bebé.

“La televisión llegó para mí como un regalo, es el medio en el que mejor me siento, pues me gusta la técnica, cómo se construyen y desarrollan los personajes, los riesgos que se corren, cómo se conforman los colectivos. Cuando ya estás a punto del cansancio y el agotamiento físico extremo, se termina la obra, entonces comienza un nuevo proyecto que te llena otra vez de adrenalina y entusiasmo.”

La telenovela Cuando la noche muera marcó para Nancy González su debut en la televisión (Foto: cortesía de la entrevistada).

¿Cuál ha sido el personaje que más te ha retado como actriz?

A lo largo de mi carrera he tenido la posibilidad de defender infinidad de personajes, desde primeras figuras o protagónicos hasta papeles secundarios o de reparto, y a todos les he entregado lo mejor de mí. Siempre que tenga vida, que tenga color, será bien recibido. No me gustan cuando solo tienen tres textos y carecen de conflictos, caracteres, matices, en ese sentido, he rechazado algunos, hasta en el cine. Aunque es cierto que no hay personajes pequeños, sí los hay que no tienen historia y hasta ahí no llega mi amor”.

“Soy abierta a todo tipo de personajes, aunque tengo algunos límites como ser humano. No me gusta hacer desnudos. Pero, en sentido general, cualquier reto lo asumo y cada personaje es para mí un reto”.

“Algunos han sido más populares, por ejemplo, la María Antonieta de Salir de Noche es un personaje que adoro, que me dio mucho gusto interpretar y que pude pulir, porque contábamos con un equipo de actores, un equipo técnico y una directora excelentes. En esta telenovela todo el contexto estaba adecuadamente preparado en función de que uno pudiera desarrollar bien su trabajo, por lo tanto, no creo que la popularidad de este personaje se deba solo a mí, sino a todo el colectivo”.

“Las malas, aunque no he hecho tantas –solo Amalia y María Antonieta–, me gustan mucho, no porque sean malas, sino porque son personajes muy ricos, muy llenos de vivencias y con un diapasón muy amplio de sentimientos y cualidades que las hace no solo una persona que comete maldades, sino un ser humano que se equivoca en la vida en sus elecciones y procederes. Yo no creo en las villanas que dicen: ¡qué mala soy! ¡cómo disfruto ser mala!, pues las personas por más horrendas que sean consideran que tienen la razón y eso es lo que yo siempre mantengo como principio cuando me asignan estos roles: buscar sus razones para entender sus acciones.

 “Por otro lado he tenido personajes encantadores como la Fela de Su propia guerra que, a pesar de ser muy sencillo, fue muy relevante para mí, pues hasta ese momento solo había interpretado a las princesas, las bonitas, las protagonistas buenas, dulces, cándidas, y sus escritores y directores nos dieron libertad para que los actores creáramos el personaje. Entonces, lo traté de hacer lo más apegado al pueblo, a esas personas de la clase media con menores niveles de ingreso, de conocimientos y lograr que desarrollara un camino en ascenso. Fue la oportunidad de construir un personaje con los defectos que puede tener un ser humano bueno.

Su propia guerra todavía hoy sigue siendo muy aceptada por el público, a pesar del tiempo que ha pasado. Lo que pudo ser un policiaco más, se convirtió —a mi entender—en una serie para la eternidad”.

“He tenido otros personajes, como Dalia, de Sin perder la ternura, que pensé que iba a crecer más, porque en aquel momento la dirección de la televisión se interesó por la historia que se estaba contando, la historia de una típica mujer cubana profesional, empoderada, segura de sí, centrada, con muchos conflictos en el plano social y familiar. Aun así, aunque no sea de los más recordados, fue un personaje que disfruté mucho y que llegó a mí en un momento que lo necesitaba”.

María Antonieta fue un personaje que Nancy González asegura haber disfrutado mucho interpretarlo (Foto: cortesía de la entrevistada)

¿Cómo construyes tus personajes?

Para la construcción de un personaje me valgo de las reglas básicas de academia. Primero tomo el guion y lo leo completo, es decir, estudio todas las historias de todos los personajes y, posteriormente, comienzo a tomar notas. En estas, anoto todo lo referido a la historia de mi personaje, los puntos de vista de otros personajes sobre este, el clima imperante, el contexto histórico y social en el que se desarrolla la historia, el tiempo trascurrido de principio a fin, los lugares… y, después, voy descartando todo aquello que mi personaje no necesita saber hasta conformar su biografía, sus costumbres, relaciones sociales y familiares, los sueños y proyecciones que tiene.

“Luego analizo los puntos de giro, los acontecimientos, los sucesos que vive y cómo va creciendo. También me gusta colegiar, junto a los otros especialistas, el vestuario, el maquillaje y hasta la ambientación y escenografía”.

“Finalmente, llega el momento de aprender el texto e ir a escena y todo ese trabajo previo te sale por los ojos. Una vez un espectador en la calle me dijo: «Yo agradezco mucho tu trabajo porque veo detrás de tus ojos mucho más de lo que tú estás diciendo», y yo me di cuenta que, cuando uno tiene toda esa información detrás, el público lo siente, aunque no se diga. Eso es lo que trato de hacer, que salga o no, es el reto de cada personaje”.

Nancy González junto a Miriam Socarrás en el cortometraje cubano Crematorio, de Juan Carlos Cremata (Foto: cortesía de la entrevistada)

Formaste parte del elenco de dos de las más recientes telenovelas transmitidas por Cubavisión, me refiero a Entrega y El rostro de los días, ambas muy aclamadas por la teleaudiencia. ¿Cómo viviste esa experiencia?

Entrega y El rostro de los días fueron las dos últimas telenovelas que hice y, felizmente, ambas tuvieron buena aceptación en la teleaudiencia, porque tocaron temas muy interesantes, estaban bien construidas y contaban con un equipo de realización, dirección general, dirección de actores y elenco excelentes.

“El estar en esos dos proyectos realmente me generó muchas satisfacciones, porque cuando un trabajo no es bien recibido por el público, el desaliento siempre te marca, esa sensación de haberlo entregado todo y no lograr satisfacer el objetivo final… Pero con ambas, fueron innumerables las muestras de cariño, de gratitud y de respeto recibidas. Ese es el mayor premio a nuestro trabajo”.

¿Crees que nos encontremos ante un renacer del género en la televisión cubana?

Yo no creo que estemos en un renacer del género, considero que la telenovela cubana nunca ha perdido el rumbo. Ha habido buenos, brillantes y regulares proyectos, pero la telenovela cubana siempre ha caracterizado por su calidad y ha habido interés y esfuerzo de todas las partes en logar un buen producto.

“Yo comencé en la televisión haciendo telenovelas y, durante estos cuarenta años en el medio, el ritmo de trabajo, la pericia, la seriedad, la profundidad del tema, la búsqueda constante de la perfección siempre ha distinguido al género respecto a otras producciones. Por eso, pienso que estamos ante un resurgir de la telenovela cubana como muchos afirman, simplemente hemos tenido buenos proyectos, uno tras otro”.  

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