Para andar por la vida junto a Eusebio Leal

Ni siquiera los habaneros rellollos sabíamos tanto de la ciudad que nos vio nacer hasta que el doctor Eusebio Leal Spengler comenzó a conducirnos por sus calles, plazas, monumentos y otros misterios en el programa Andar La Habana. Y quizás, a partir de entonces, sentimos un amor más intenso y comprometido por la capital de Cuba.

Hoy que el nombre de esta figura, su rostro y su obra colman las redes sociales, pienso que valdría la pena que anduviéramos siempre junto a Eusebio Leal no solamente por La Habana, sino por la vida toda; esa vida que él honrara tanto con su fervoroso trabajo, su honestidad, su sencillez, su decencia, su lealtad a lo más puro y noble de lo nuestro.

Porque andar junto a Eusebio Leal en lo adelante es habernos nutrido de sus enseñanzas, de su ejemplo, de su martiana fe en el mejoramiento humano y en la vida futura, algo que nos está haciendo mucha falta en estos complejos tiempos.

Andemos entonces por la vida junto a quien hizo de la historia –y de su propia historia– un suceso cotidiano al alcance de quien sienta muy profundamente el afán de hacer de La Habana, de Cuba, del mundo entero un lugar más digno, justo y decoroso, donde todos podamos, de una buena vez, honrar la vida.