Pasión por el cambio
Hay en la actualidad una rara pasión por cambiar y hasta omitir algunas vocales de verbos irregulares. Estos son los casos de los verbos soldar, verter y querer.
El verbo soldar tiene su origen en el latín solidare que significa consolidar, afirmar.
En español este verbo significa pegar y unir sólidamente dos cosas, o dos partes de una misma cosa, normalmente con alguna sustancia igual o semejante a ellas y en su segunda acepción componer, enmendar o disculpar un desacierto con acciones o palabras.
Soldar es un verbo transitivo e irregular que se conjuga como contar. Esto quiere decir que cambia la vocal – o – del morfema lexical en el diptongo – ue – en todo el singular y tercera persona del plural de ambos presentes y en singular de imperativo.
Entonces esa pasión desmedida por decir o escribir: yo no soldo ese material, yo lo traigo cuando lo solde o sóldame esta bisagra son incorrecciones que podemos evitar fácilmente si revisamos la conjugación de este verbo o sencillamente recordamos la conjugación de contar. En estos ejemplos lo correcto sería: yo no sueldo ese material, yo lo traigo cuando lo suelde y suéldame esta bisagra.
Otro verbo que con frecuencia se pronuncia y escribe mal es verter. También proviene del latín vertere que significa girar, dar la vuelta, derribar, cambiar y convertir.
En español como verbo transitivo significa: derramar o vaciar líquidos o sustancias menudas como sal o harina, inclinar un recipiente o volcarlo para vaciar su contenido, traducir, decir con determinado objeto, y por lo común con fin siniestro, máximas o conceptos. Como verbo intransitivo significa dicho de un líquido, correr por una pendiente y dicho de una corriente de agua desembocar en otra.
Este es también un verbo de irregularidad vocálica. Cambia la vocal – e – del morfema lexical en el diptongo -ie – en todo el singular, en la tercera persona del plural de ambos presentes y en el singular de imperativo. Lo correcto es escribir o decir: yo vierto, tú viertes, él vierte, nosotros vertemos, ustedes vierten y ellos vierten. En subjuntivo sucede igual, la única persona que no lleva el diptongo es la primera del plural: nosotros vertamos. Si conocemos bien la conjugación de este verbo evitaremos que si hablamos en presente de indicativo o subjuntivo no digamos o escribamos: ahora vertimos sobre el dulce la nata, porque vertimos es el pretérito de indicativo, el presente es vertemos.
Es importante también que recordemos siempre que el infinitivo de este verbo es únicamente verter: voy a verter chocolate sobre la panetela y nunca vertir.
Para concluir quiero referirme al verbo querer que también proviene del latín quaerere que significa buscar, pedir.
En español tiene muchas acepciones y las más usadas son: desear o apetecer, amar, tener cariño, tener voluntad o determinación de ejecutar algo, pretender, intentar o procurar entre otras. Querer es un verbo de irregularidad especial y presenta diptongación de –e- en – ie – en el singular de los presentes y en el singular de imperativo, además pretérito llano de indicativo y futuro y pospretérito contractos, con duplicación de la r.
El error más frecuente que se comete con este verbo es decir o escribir: querramos. La primera persona del plural del presente de indicativo es queremos, la primera persona del plural del presente de subjuntivo es queramos y la primera persona del plural del futuro de indicativo es querremos. La forma querramos no existe en español.
El buen uso del idioma nos distingue y nos identifica. Debemos ser muy cuidadosos cuando hablamos o escribimos.