19 de mayo de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Pasión por el intercambio

Hay en estos momentos una pasión desmedida por usar el participio obligada u obligado en lugar del adjetivo obligatorio u obligatoria. Hoy nos detendremos en las significaciones de estas palabras y observaremos que hay deferencias que no nos permiten intercambiarlas en ningún contexto.
Pasión por el intercambio

Hay en estos momentos una pasión desmedida por usar el participio obligada u obligado en lugar del adjetivo obligatorio u obligatoria y es por ello que leemos o escuchamos sintagmas como excursión obligada, tema obligado, fiestas populares obligadas.

Si nos detenemos en las significaciones de estas palabras observaremos que hay deferencias que no nos permiten intercambiarlas en ningún contexto. El participio obligado y su femenino obligada significan dicho de una cosa: De realización forzosa por imposición legal, moral, social, etc.

En derecho y música también tienen significados que son respectivamente, persona que ha contraído legalmente una obligación a favor de otra y lo que canta o toca un músico como principal, acompañándolo las demás voces o instrumentos.

Con solo una rápida mirada constatamos que las significaciones en derecho y en música no nos ocupan en los sintagmas iniciales, sin embargo, la primera significación tampoco es aplicable a los sustantivos excursión, tema o fiestas de dichos sintagmas. Lo correcto hubiera sido determinar estos sustantivos con el adjetivo obligatorio u obligatoria.

El adjetivo obligatorio y su femenino obligatoria significa dicho de una cosa: Que obliga a su cumplimiento y ejecución. Entonces una excursión, un tema o una fiesta serían obligatorias porque resultan imprescindibles para disfrutar o para ejecutar el proceso correctamente.

Si en lugar de obligatorio usamos obligado en los sintagmas iniciales damos a entender que una fuerza externa e impuesta nos obliga a ir a la fiesta, a tratar el tema o a asistir a la excursión y esa sutil diferencia cambia el sentido de lo que queremos expresar.

La fiesta es obligatoria porque sin nosotros no tendría el mismo sabor y queremos disfrutarla, la excursión es obligatoria porque escogemos ese lugar para nuestro placer y el tema es obligatorio porque sin él afectaríamos la comprensión de lo escuchado o leído.

Hay otras dos palabras que aparecen intercambiadas en ocasiones y cometemos con esto un error que puede evitarse. Son ellas perjuicio y prejuicio.

Hace unos días leí que las fuertes lluvias habían ocasionado grandes prejuicios a la población. Si buscamos la significación de la palabra prejuicio nos damos cuenta, al instante, de que debió escribirse perjuicios.

Prejuicio es un sustantivo masculino que significa acción y efecto de prejuzgar y también opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. Evidentemente, los prejuicios no pueden ser ocasionadas por las fuertes lluvias, sino que las fuertes lluvias ocasionan a la población perjuicios.

Cuando conocemos la significación del sustantivo masculino perjuicio, comprendemos que el intercambio de estas palabras no es posible. Perjuicio significa efecto de perjudicar y este verbo transitivo perjudicar, significa ocasionar daño o menoscabo material o moral. Entonces, ya estamos seguros de que las fuertes lluvias lo que ocasionan a la población son perjuicios y no prejuicios. 

Cuidemos cada letra de cada palabra que pronunciamos o escribimos, cuidemos cada hecho de elección que seleccionemos porque de esto depende que nuestra lengua quede sin manchas.

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