27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Rey Gómez cumple su palabra

Entrevista al reconocido locutor Rey Gómez.

Hace unos meses el locutor y periodista Rey Gómez prometió volver a Cuba en poco tiempo. Su estancia de diez años y seis meses en Venezuela prestando servicios en la multinacional Telesur, no lo alejaron de los televidentes cubanos, quienes pudimos apreciar su crecimiento profesional, el dominio de problemáticas de envergadura, el conocimiento de distintos idiomas y sobre todo el respeto al público, cualidad que siempre que siempre lo ha definido.

¿En qué forma considera que se debe comunicar la noticia en estos tiempos?

Considero que ante todo debe ser de una manera veraz y aplicar el principio de credibilidad. Ese principio lo trasmite el presentador o ancla, un término que procede del inglés y que expresa como una persona ancla una noticia con otra, ya sea a través de un pequeño comentario o un gesto. Existe actualmente una controversia en Cuba sobre los términos locutor y presentador que está por dirimirse.

En mi experiencia en Telesur pude conocer que internacionalmente el término locutor se aplica mayoritariamente a los profesionales que trabajan en la radio. En los espacios informativos, estos reciben el nombre de presentador de noticias, porque si bien es cierto que la base de la presentación es la locución, el que aparece en cámara va mucho más allá de la palabra articulada debido a las exigencias audiovisuales.

¿Cuál es su opinión sobre la polémica acerca de los roles: presentador, periodista, locutor?

Los que están a un extremo de la polémica dicen que no necesariamente debes ser periodista para ejercer la presentación de noticias, otros reiteran que hay que desterrar a los locutores porque son meros lectores de telepronter y no tienen capacidad para desarrollar los temas planteados. Pienso que hay que buscar un término medio como el que se logra a nivel internacional, despojándonos del sesgo discriminatorio. En Telesur fungíamos como periodistas sin ser graduados de esa carrera: politólogos, historiadores del arte, economistas y licenciados en Comunicación Social, Periodismo y Español-Literatura, que era mi caso.

¿Cómo debe asumir el presentador, el género informativo?

En la escuela cubana de locución enseñamos los ítems o índices de la locución: voz, dicción, personalidad, entonación, naturalidad, telegenia; pero la televisión es un show y el programa informativo en todas sus especialidades, por muy serio que sea, debe ser agradable al espectador, por lo que la proyección del presentador debe ser desenfadada, natural, y este último acápite es esencial para mí. Usted puede tener una perfecta fonética, un caudal léxico envidiable, pero si esos conocimientos lingüísticos no los trasmite con naturalidad está “ponchao”, como decimos en buen cubano. Nuestros tele-espectadores son muy críticos y reconocen la afectación y el acartonamiento.

Hasta ahora, el modo de hacer del Sistema Informativo no incluía al presentador como parte de la producción de la noticia, ¿cree que eso puede cambiar en nuestra televisión?

Cuando la máxima dirección del Sistema Informativo me llama, atendiendo a que Serrano había presentado la solicitud de jubilación, me aclararon que el perfil del noticiero estelar al que aspiraban estaba en consonancia con mi manera de hacer, por lo que percibo que existe un objetivo definido en cuanto a buscar otros modelos. Creo que existe el propósito de que nuestros productos informativos incluyan el desenfado, el dominio técnico de la locución y el conocimiento profundo de los contenidos que se comparten con el público de forma tal, que nos permita a los presentadores participar en la génesis de la noticia.

¿Qué retos le planteó su inserción en Telesur?

Cuando comencé en Telesur en 2011, tuve que readaptarme a un nuevo país, un nuevo modo de trabajo, a un salto tecnológico y una terminología diferente. Conté con mucha ayuda y abrí mi mente, tomando las experiencias y los tropiezos, como aprendizaje. Me di cuenta rápidamente que la interacción ocurría a través de las tecnologías.

Comencé comprándome un BlackBerry, pues a través del correo corporativo enviaban toda la información, la estrategia informativa del día, la planificación de los presentadores, la cobertura del fin de semana e informaciones de último minuto. Paralelamente tuve que entrar, a partir de una cuenta corporativa, en el mundo de twitter con la tarea de alimentar esa cuenta con el trabajo diario y las noticias que yo mismo daba, lo cual me inició en el concepto de la multiplataforma compartiendo la noticia también por las redes digitales. Entendí que hay que estar donde las nuevas generaciones van a buscar la información, no sumarse a la pendencia que a veces se origina en esas redes sociales sino contar la verdad.

¿Puede referirse a las coberturas periodísticas que asumió? ¿De qué manera se preparó para realizar esa tarea?

En 2014 fui enviado especial de Telesur en la Habana por el aniversario del ALBA. Entre los años 2015 y 2016, cuando Telesur comenzó a posicionar su imágen en inglés, gracias a los estudios que yo había realizado en ese idioma, devine presentador en lengua anglófona por lo que me dieron la responsabilidad de hacer una gira por el Caribe no hispano y al visitar países como Santa Lucía y Barbados pude recoger opiniones, entrevistar a personalidades de la cultura de esa región, que a veces está invisibilizada.

En 2016 fui como enviado especial al referendo consultivo de la reelección del presidente Evo Morales en Bolivia y en 2017 viajé a Moscú en esas funciones, con motivo del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Las destrezas que aprendes en una especialidad, las utilizas en la otra, reforzando aquellas áreas en las que no estás tan preparado. Lo primero es aplicar el sentido común y tener claro que el protagonista de la historia no eres tú, el protagonista es la historia, el hecho en sí, es el pueblo, por lo que somos un mero medio para contar, con responsabilidad. El hecho de haber estudiado en mi carrera los distintos tipos de literatura e historia del arte, me permitió acercarme al tema de la dramaturgia porque la noticia también tiene una dramaturgia, pero, además, en la escuela Telesur pude recibir cursos y talleres de carácter obligatorio que, sumados a mi interés de aprendizaje, contribuyeron a mi desarrollo.

Al concluir el noticiero que despidió a Rafael Serrano, usted conversó con el experimentado locutor, ¿cuáles fueron sus recomendaciones y qué elementos considera indispensables para realizar la presentación del noticiero estelar?

Serrano se refirió al valor de la sobriedad en el vestir, conservar la identidad e imprimir a la presentación una personalidad propia. Siempre he considerado imprescindible conocer los estudios de audiencia, estar en contacto con la opinión de la calle y las redes sociales. El noticiero estelar, aunque sea trasmitido por Cubavisión Internacional, está dirigido al público autóctono y las noticias nacionales tienen mucho peso, por lo que hay que imprimirle a la presentación del espacio un sello de cubanía.

¿Ahora que ha regresado a casa, cuáles son sus proyectos?

Tengo dos prioridades, el noticiero estelar y hacer estudios de postgrado sobre política internacional, que es una temática en la que venía trabajando los dos últimos años, en Jugada Crítica, espacio dedicado a los diferentes órdenes geopolíticos mundiales, sus actores y jugadas.

Si el tiempo me lo permite me gustaría reinsertarme en la actividad de la Cátedra de Locución, de la que fui presidente hasta que comencé mi labor en Telesur. Me he acercado al Centro de Estudios de la Radio y la Televisión y junto a Idania Martínez Grandales, metodóloga de locución y la jefa del departamento, estamos actualizando un manual de contenidos y programas para la formación y superación de los locutores en Cuba, con vistas a ser reeditado por la Editorial En Vivo.

¿Qué desea expresarle al público cubano que lo recibe en el noticiero estelar?

Me gustaría agradecer al público su simpatía hacia mí. La manera en que siguió mi trabajo en Telesur durante diez años, pues cada vez que volvía a Cuba de vacaciones podía percibir que los espectadores estaban atentos a mi labor y en esta nueva etapa me han aceptado con beneplácito. Siento que me han recibido con los brazos abiertos.

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