Silvano Suárez: aventuras de un fundador

Silvano Suárez
El destacado guionista y director de radio y televisión, fundador del espacio “Aventuras”, Antonio Silvano Suárez Sánchez, nació el 2 de diciembre de 1930 en La Habana, donde falleció el 4 de marzo de 2013 y por voluntad expresa, su cadáver fue cremado.
En 1941 estudiaba el bachillerato en el Instituto de La Habana, cuando se vinculó al teatro a través del grupo Prometeo que dirigía el gran Francisco Morín, lo que marcaría el resto de toda su vida y obra, aun estudiando Derecho Público en la Universidad de La Habana, que dejó en tercer año. La prensa lo calificó como “el más prometedor de sus contemporáneos; golden boy apuesto, inteligente y culto, al que se le auguraba “una carrera triunfal”. En 1949 despuntaba como un destacado guionista, libretista de novelas y aventuras para la naciente televisión cubana, de la que sería fundador.
Antecedentes a los géneros televisivos a los que tanto aportaría
El Canal 4 Unión Radio Televisión, en 1952 inició las primeras “aventuras” luego en CMQ Televisión, Canal 6, en horarios y frecuencias variables, después en Tele Rebelde y Canal Educativo: le siguieron Samarkan, el indomable (1954, dirigida por Sirio Soto, con “el novísimo Enrique Almirante” y Maritza Rosales, escrita por Sergio Doré) y Antonio Vázquez Gallo aunque humorístico, con El hacha escondida inauguró el programa “Aventuras”, tras El abuelito cuentalotó y Kindergarten musical en Unión Radio para niños, y con Patio andaluz y otros infantiles, debutó en Canal 4; y luego escribiría para infantes El niño inválido, y Nachito, según mi artículo del 28 de abril de 2023 en www.envivo.icrt.cu La televisión y su trascendencia para niños y jóvenes; 1era. parte.
Fueron sus antecedentes imprescindibles que se remontan a la radio al iniciar los años 40, cuando CMQ ganó gran audienciacon Tarzán el Hombre Mono, en que Bernardo Menéndez-Cuesta Arza interpretaba a Tarzanito, hijo de Tarzán y Juana (Enrique Santiesteban y Marta Jiménez Oropesa; Alejandro Cordo Lugo era el Wally y la mona Chita) y Leonardo Moncada, el titán de la llanura (1948, CMQ, a las 7 pm de lunes a viernes), suerte de justiciero “Robin Hood cubano” interpretado por Eduardo Egea con su perro Campeón, nombre que se extendió entonces a muchos canes cubanos, escrito por Enrique Núñez Rodríguez; y luego, Tarzanito el Príncipe de la Selva. El primer programa asignado a Alejandro Lugo fue Diego Grillo, aventuras del mulato habanero que apresado por el inglés Francis Drake en 1572, devino pirata, escritas por José Ángel Buesa; Enrique Almirante actuó en Kazán, el cazador (seis años dirigido por Carlos Paulín) y Los tres Villalobos; y en vivo, en El Jinete Materva y su ayudante Salutary. Radicado entre 1953 y 1957 en New York, al regresar a Cuba Silvano se incorporó a la televisión, donde sería uno de los fundadores del espacio “Teatro”.
Sus primeros aportes memorables
Dirigió entre otros inolvidables programas, y fue guionista en muy gustados espacios, como muchas novelas románticas de “Horizontes” y otros, y seriados de las “Aventuras”. Fue libretista de novelas y aventuras, en gloriosa trilogía con Antonio Vázquez Gallo y Erich Kaupp, y realizador de una amplia lista de telenovelas dirigiendo a figuras destacadísimas de la televisión cubana, y teleseriales de aventuras, las que según la Enciclopedia de Historia y Cultura del Caribe citada por Pedro Jesús Herrera Echavarría en su blog o-con-mi-habana-blogspot.com Silvano Suárez, palabras para el recuerdo, 12 de marzo de 2013, en “Una Mirada hacia Cuba“, fundaría con vasta experiencia acumulada iniciando una nueva etapa de nuestra televisión pues sustituyó espacios estadounidenses como Patrullas de Caminos, Bat Masterson, El sheriff de Cochice y otros, por estos inspirados en obras de la literature universal, al dirigir en 1963 la primera de todas en el canal 6 de la Televisión Cubana: Veinte mil leguas de viaje submarino, que protagonizó Enrique Almirante como el legendario Capitán Nemo. El propio Silvano contaría a Rafael Lam que era idea del director de televisión Amaury Pérez García, con el escritor Carballido Rey y otros. Siguió dirigiendo otras series de entonces como El Zorro y luego su segunda versión, donde Luis Rielo interpretó uno de los hermanos Malpica, el risueño tan peculiar con que culminaba cada capítulo, risa que encontró en medio del monte visitando Oro de Guisa en Santiago de Cuba por una actividad para la Federacion de Mujeres Cubanas, y Rielo devino un clásico interpretando personajes negativos; y Robin Hood, también protagonizado por Enrique Almirante, todo lo cual generó en Cuba una suerte de locura televisual que paralizaba al país entre las 7.30 y las 8 de la noche.
Fue exitoso igualmente en los dramatizados unitarios incluidos teatros, novelas y cuentos, cuyo equipo fundador integró en 1964: abrió con Carlos Piñeiro el espacio “El Cuento universal en Televisión“, con Entre dos pisos, de la popular española (canaria) María de las Mercedes Ortoll y Vintro con sus “novelas rosa”, una de las obras mejor recibidas por la crítica antaño, sobre la cual Orlando Quiroga escriibió el 10 de abril de 1964 en la revista Bohemia (véase www.cubanosfamosos.com):
“Silvano Suárez y Carlos Piñeiro lograron conducir este relato, en “El Cuento universal”, con una maestría digna (…). solamente dos personajes, pero encontraron a un Enrique Almirante superior a sí mismo y a Maritza Rosales, quien volvió a demostrar que ella es una actriz capaz de meterse en la piel de las caracterizaciones más insólitas (…). La más bella labor de cámaras en el mes resultó cuando Silvano sacó las cámaras a la Plaza de la Catedral. Allí las piedras vivas (…) adquirieron el toque mágico de los inmortales”
Otras de sus obras
Entre las novelas que dirigió, fue muy aclamada Primavera en Budapest, con la que ganó el Premio Caracol como director por la Uníón de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac, de cuya sección de Cine, Radio y Televisión fue vicepresidente y jurado de varios concursos nacionales como estos Premios Caracol, el Festival Nacional de Teatro de Camagüey 1986 y el concurso “Minfar-Icrt”, e internacionales, como el concurso Eurovisión 1979 en Bulgaria, y viajó en delegaciones artísticas a Alemania, Hungría y Colombia), y en la que la hoy tan famosa Susana Pérez debutó en televisión, actriz con la que repitió en multiples ocasiones como en la novella Magdalena con Tahimí Alvariño y José Antonio Rodríguez; y entre sus unitarios, se ha resaltado especialmente el teleteatro cubano Los Novios (1981), donde debutó Beatríz Valdés, y el filme Vida Privada, con José L. Mederos.
Desde muy adolescente se mantuvo en teatro, y durante sus varias décadas de trabajo en la televisión, dirigió adaptaciones y versiones de importantes obras de dramaturgos latinoamericanos, reconocido como el responsible del primer teleteatro trasmitido por la televisión cubana; y no solo en pantalla: sobre las tablas dirigió mucho teatro, y entre sus puestas destacadas, trascendió por su importancia Mi Socio Manolo, de Eugenio Hernández Espinosa (1986), que a fines de esa década llevaría a Venezuela, Argentina y México, y varias versiones a cargo de diversos grupos teatrales, y en la televisión cubana, El Apagón con Tahimí Alvariño, Ernesto (1979), La Carta (1988, teatro “Hubert de Blanck” con “Teatro Estudio”), y su montaje de ¡Hip.., hip… ufa! del argentino Dalmiro Sáenz, Premio Casa de las Américas de Teatro (1967), y muy especialmente, Aquiles y la Tortuga (1989), obra basada en Historias de Caracol del consagrado dramaturgo cubano Reinaldo Montero (Teatro Nacional de Cuba), y su adaptación de la obra teatral Tute Cabrero, del dramaturgo argentino Roberto Cossa, la que re-tituló Uno para todos (sala Manuel Galich de la Casa de las Américas con Carlos Padrón, Martha del Río y Renecito de la Cruz), cuya première en noviembre de 2008 ya mostraba la crisis de relaciones personales y familiares de tres compañeros de trabajo de distintas generaciones a partir de un conflicto en la empresa donde siempre laboraron.
Dirigió además shows de cabaret, por ejemplo, en el hotel Habana Libre con la música de Juan Formell, e impartió cursos sobre guion y realización de televisión en la escuela de capacitación del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt, del que fue vicepresidente creativo y guionista), Profesor Titular de la Facultad de Cine, Radio y Televisión del Instituto Superior de Arte (en adelante Isa), y publicó cuentos en las revistas Bohemia, Cartelera, Lunes de Revolución y otras, y textos de factura literaria, como su importante ensayo El esqueleto del leopardo, sobre la novelística de Ernest Hemingway. Además, dirigió los primeros pogramas didácticos de la Escuela Internacional de Teatro de América Latina y El Caribe.
Miembro de la primera Comisión Nacional de Evaluación de directores de televisión, en 2009 fue el director asesor del telefilme de ficción color Leyendas de sal, producido por la Televisión Cubana (69 minutos, formato digital; dirección de Rubén Consuegra B., guion de Freddy Domínguez, fotografía de José Manuel Riera y música original de Edesio Alejandro y su hijo Cristian), con Luisa María Jiménez, Yuliet Cruz, Luis Alberto García (hijo), Alina Rodríguez, Héctor Noas, Carlos Luis González, Yadier Fernández y Miriam Socarrás: dos parejas muy diferentes cuyos conflictos llegan a una misma situación.
Gran caballero y excelente y respetuoso ser humano, se dice que su amigo Arquímides Rivero lo contrató para asesorar a sus escritores en Venevision (Venezuela) hasta regresar a Cuba con su esposa, con crédito en algunas novelas donde solo asesoraba, como asesor dramático en Cuando hay pasión, Samantha (1998), y Hechizo de amor (2000), donde adaptó la historia original de Alberto Gómez, y escribió muchas telenovelas y radionovelas para Cuba; Yory Gómez lo recuerda emocionada cuando la dirigió “el inolvidable Silvano Suárez” a ella y a Enrique Almirante en el teleplay La carta (2006).
Reconocimientos
A Carlos Piñeiro y a Silvano aún se les cita entre las monografías de los grandes de nuestra televisión; entre otros muchos, recibió el Premio de la Unión de Periodistas de Bulgaria en 1979, la Medalla “Raúl Gómez García”, el sello “50 Aniversario de la Televisión Cubana”, y Diploma de Reconocimiento por el 40 aniversario del Icrt.
Al comenzar a entregarse los Premios Nacionales de Televisión como máximo estímulo del medio, en el año 2003 se reconocieron 19 de sus cumbres, incluidos los primeros directores: Celia Sara Ponce de León Pérez del Castillo (“Cuqui Ponce de León”), Antonio Emilio Vázquez Gallo, Erick Kaupp Gubdeckmeyer, Manolo Rifat, Joaquín Miguel Condall Melgarejo y Orlando Quiroga; en 2004, otras cuatro personalidades, y en 2005 seis: los directores Silvano Suárez, Sirio Soto, Eusebio Luciano Mesa González y Abel Ponce; la actriz y locutora Hilda Josefa Saavedra Tuero, y el músico Mario Romeu González.