Teo, periodista de raíz martiana y director radial
Nacido el 26 de diciembre de 1956, nuestro entrevistado muestra con goce ser un habanero de pura cepa, exactamente del municipio Cerro que, según el popular compositor y director de orquesta matancero Arsenio Rodríguez, tiene la llave.
Así se muestra ante la vida, Teodoro (Teo) Herrera, quien le regala la mejor de sus sonrisas y entrega, por muy difíciles que sean los tiempos.
Con Teo, como cariñosamente se le nombra, compartimos estas líneas:
¿Por qué el periodismo en tu vida y en la radio, específicamente?
“El periodismo es exactamente el llavín. La identidad, la comunicación y la cultura me llevaron a estudiarlo en la Universidad de La Habana, donde me gradué, en 1981.
Me considero un periodista de raíz martiana. El pensamiento de nuestro José Martí de que “la prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio y consejo” ( ), vive en mí siempre como acicate. Ratifico cada día siempre su idea que el periodismo es un examen; sin que obligue a la severidad ni a la censura. De ahí que mi realidad en estas casi cinco décadas, me hayan convertido en lo que soy: un hombre de radio.
Fundamentalmente, de academia, porque me siento responsable de transmitir información de interés público, con veracidad y diligencia, a través del sitio web de Radio Progreso, donde trabajo ya durante dos décadas. De igual modo confieso que la comunicación digital y multimedia me fascina como mismo la imagen sonora, al ejercer mi labor como director de programas de la Onda la Alegría”.
¿Cuándo y por qué llegas a la radio?, ¿es el sitio de tu mayor realización personal?
“Llegué a la radio cubana por motivación de trabajo y cultural. Laboraba como divulgador municipal de cultura en mi localidad natal, donde soy Hijo Ilustre, y ello me llevó en la década del 90 del pasado siglo veinte a vincularme con diversos espacios informativos de la radio nacional con el propósito de dar a conocer la semana de la cultura del Cerro, así como la labor de diferentes instituciones.
Mas, la radio de casa, Metropolitana, me abrió las puertas, y fue la primera emisora que me dejó entrar hablar y hacer periodismo en vivo y directo en su cabina central. Y resulta que en ese cosmos me he quedado para siempre. Vivo hoy en hacer cercano un lenguaje sonoro; voz, música, efectos, silencio.
¿En cuántas emisoras te has desempeñado y qué lugar ocupa Radio Progreso?
“He transitado como periodista, guionista y director de programas por diferentes emisoras: Metropolitana, Reloj, Taino, Radio Cadena Habana, y ahora en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso.
En la Onda de la Alegría, indudablemente, he disfrutado y logrado mi mayor realización personal. He podido trabajar en las dos especialidades a la vez: periodista, productor y director de programas. Y algo muy importante, convivir con artistas, personalidades, colectivos de realización y técnicos que incitan a dar lo mejor de uno.
Ejemplo de ello constituye la revista dominical “RP 105”, la “Discoteca del ayer”, y “Del libro cubano y sus autores”. Por tanto, Radio Progreso, hoy por hoy, constituye mi razón de vida, la felicidad de ser humano entregado como creador, con una aceptación al trabajo diario por los oyentes que nunca pensé lograr”.
Eres de los periodistas que también asumes la dirección radial, ¿hasta dónde una especialidad completa a la otra y qué es lo que más agradeces a cada una?
“El ser periodista y director de programas en la Radio Cubana significa un reto. Cada especialidad te aporta, y a la vez se complementan. Al asumir la dirección de programas en los diferentes espacios que sostengo siempre un punto de vista, la demanda del radiorreceptor, esa persona que está a miles de kilómetros y necesita a la radio como compañera de vida.
Por ello, todo lo hago para que no cambie el dial. Te pudiera poner un ejemplo. Cuando hago la revista “RP 105”, cada domingo de seis a ocho de la mañana, mi criterio es amanecer y despertar junto a la familia cubana.
Durante esas dos horas, informaciones, tema central de la emisión, música, spot, cortinas, comunicación y dirección de los locutores todo está en función de ese súper objetivo: periodismo y dirección andan por un solo sendero: satisfacer.
Le agradezco al periodismo estar acorde a los tiempos. Información y redes sociales me llevan en la actualidad a vivir en una feliz fusión de géneros y medios de comunicación: texto, fotografía, audio, video, imagen comunicacional.
Por otra parte, reconozco en la radio fundamentalmente la satisfacción de poder dirigir y producir actualmente la “Discoteca del Ayer”, un programa de excelencia musical de gran audiencia y prestigio en la Onda de la Alegría, creado por el maestro Eduardo Rosillo (1929-2015), Premio Nacional de Radio 2002, al que tuve la dicha de conocer y entrevistar, y quien dejó una estructura en el espacio que he respetado por su singular organización”.
Un momento en la radio que te haya marcado especialmente
“Pues, definitivamente, me ha marcado para siempre haber formado parte del elenco del espacio Novela cubana, en la radionovela “Mi razón de vivir”, de la escritora y actriz Lázara Rita Bedías, en 2019.
Este fue un dramatizado que recogió diferentes aspectos de la vida de Radio Progreso en sus nueve décadas de existencia, y en la cual tuve el gusto de recrear un personaje: el periodista. Y lo más importante, hacer una escena del capítulo 24 con el gran actor y maestro de radialitas Iván Pérez Ramírez, Premio Nacional de Radio 2017. Fue una radionovela donde actores y trabajadores de la emisora fuimos los propios protagonistas”.
Has pensado en la jubilación, ¿qué te unirá a la radio luego de ese momento?
“Pues sí, actualmente estoy en los trámites de jubilación; y no del retiro de la Radio Cubana. Pienso continuar dirigiendo la “Discoteca del ayer” cada domingo porque significa una gran satisfacción personal y artística, y dentro del periodismo, el camino apunta a la realización de podcasts, con contenidos en serie, dedicados al quehacer e historia de Radio Progreso, con casi 95 años por cumplir, en diciembre, y en la preferencia de nuestro pueblo”.
En un momento de recuentos como este siempre aparecen los agradecimientos. ¿Cuáles no podrían faltar?
“Agradecer. Bueno, realmente ese es mi vocablo preferido. Reconocer a la vida, como la canción chilena de Violeta Parra, “que me ha dado tanto”. A mi familia por su apoyo incondicional; a mis amigos de hoy, y de siempre que son el sostén diario; a mis compañeros de la Radio Cubana, a los que no están vivos y me incitaron a ser mejor, y a los que me acompañan en la faena de hacer un sonido para ver. Yo digo para disfrutar con arte. A todos ellos mi más puro agradecimiento.
Y, por último, no por ser menos, sino porque son millonarios, a los oyentes que, en estos últimos tiempos y en los encuentros con ellos, me han ampliado el diapasón de la felicidad como ser humano”.
Teo, un mensaje a tus radioyentes, y ahora, lectores
“Pues para los oyentes o aquellos que leen esta entrevista, una idea que llevo en mi vida: Un buen amigo es una buena medicina; un buen grupo de amigos es una farmacia completa, y ellos son los segundos. Porque la amistad es un sentimiento especial, imborrable; una emoción que no la separa la distancia y el mal no la destruye”.
Para este hombre de un millón de amigos por convicción y postura ante la vida, mucha salud y éxitos ante este nuevo período que iniciará en breve. Por lo vivido y lo por venir, el agradecimiento desde otra parte del dial, por no cejar en el empeño de compartir lo bueno y lo menos grato de recordar, siempre con el acierto de su palabra y la certeza de la verdad.