Halagos y recuerdos

Ese monstruo de los medios masivos de difusión que resulta ser la pantalla televisiva tiene consigo especiales poderes sobre la memoria. Esto sucede gracias a la posibilidad de que millones de personas puedan, a la vez, dejar entrar a su hogar un determinado programa. Así hay seriales, filmes o figuras que, gracias a su calidad, carisma y desempeño profesional, se quedan para siempre en algún espacio del corazón y de los recuerdos

Ese es, sin lugar a dudas, el caso de José Gregorio Germán Piniella Velázquez, mucho más conocido por su apelativo artístico, Germán Pinelli. Aunque su partida física ocurrió hace ya casi tres décadas, tanto aquellos que tuvimos la oportunidad de verlo, como quienes solo lo conocen a través de referencias y viejas imágenes televisivas, compartimos la misma admiración y respeto por el artista. A solidificar esa memoria se dirige el libro Germán Pinelli. Recordarlo halaga, de Ángel Manuel Pérez Álvarez y que publica la Editorial En Vivo.

Hay un par de apuntes importantes que asentar sobre el autor y sobre esta obra. En primer término, este libro se suma a otros dos que abordan la vida del destacado animador, actor, periodista y músico. Hay uno en coautoría con Flor Nodal (titulado Vivir, solo vivir)y otro en proceso de edición por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (llamado Habla Pinelli).

Resulta muy merecido y justo, en este mundo tan fugaz de hoy, el acto de preservar las vidas y obras de las figuras que dan lustre a nuestra historia cultural.

Ángel Manuel Pérez Álvarez es un locutor y animador cubano, ahora trasmutado en biógrafo y entrevistador en estas páginas. Fue discípulo del propio Germán en el proyecto llamado …entre animadores. Tiene otros tres libros publicados, por igual dedicados a importantes personalidades de la cultura cubana.

Son estos Si en un final, un retrato del dúo musical Clara y Mario; El mejor sonero blanco, una semblanza sobre el músico Roberto Faz; y Saludos, amigos, homenaje a la destacada locutora y animadora Eva Rodríguez y que también pertenece al catálogo de En vivo.

¿Por qué hablar de un hombre cuya vida concluyó hace casi treinta años? ¿Qué puede decirnos hoy la historia de este creador? Esas respuestas caen por su propio peso con el recorrido a través de las páginas de este libro.

Germán Pinelli fue cantante y músico; fue un excelente animador de programas; ejerció con éxito y gran destaque el periodismo radial, escrito y televisivo; estuvo como locutor en diversos espacios y, además, dejó su huella como actor en importantes programas de la televisión y en varias obras vitales del cine cubano.

Solo a modo de botón de muestra, que el libro amplía, dejemos algunos ejemplos de las facetas anteriores. Fuera de Cuba, Germán Pinelli cantó con figuras como Carlos Gardel y Libertad Lamarque. Como periodista, además de entrevistar a un sinnúmero de personalidades, cubrió el famoso tiroteo de Orfila y hasta un agujero en uno de sus trajes deja constancia de lo cerca que estuvo de tal balacera. Su sello como conductor se paseó por plurales programas de la televisión y en incontables espectáculos teatrales, dentro y fuera de Cuba, y en 1967 recibió el Premio Ondas, en España, como el mejor animador de la radio y la televisión de habla hispana. Sus personajes, como Éufrates del Valle, en el espacio televisivo San Nicolás del Peladero, y Pascual Orozco, en el filme Los sobrevivientes, de Tomás Gutiérrez Alea, son hitos de esos medios audiovisuales.

El recorrido biográfico que hace el texto, acucioso y donde de modo muy acertado es la propia voz de Germán Pinelli la que asume el protagonismo, tiene también valores agregados. Más de ochenta testimonios, recopilados por el autor durante varios años de perseverancia, suman una larga lista de importantes apuntes que hablan de Pinelli. En ese compendio hay familiares, artistas, directores, actores y actrices, escritores, y otras personalidades donde se incluyen Eusebio Leal, Rosita Fornés, Farah María, Enrique Núñez Rodríguez, María de los Ángeles Santana, entre muchos más.

De este modo variopinto, hay un amplio caudal de anécdotas, historias, recuerdos, que ensanchan el retrato del artista. La invitación a la lectura de Germán Pinelli. Recordarlo halaga, queda hecha.