Aniversarios del cine cubano (III)
El año 2020 ha sido un periodo donde importantes filmes de nuestra historia cinematográfica han celebrado sus aniversarios. En este espacio he comentado algunas ideas sobre los mismos, con la intención de volver la mirada sobre la trayectoria del arte cinematográfico en la Isla.
Por tanto, estos artículos cumplen esa función: recordar una fecha, un hecho, el estreno de un filme, momentos que han quedado fijados en el devenir de la cultura cubana a través de una de sus manifestaciones más valiosas: el cine.
En el mes de julio son varias las películas cubanas que celebran su aniversario, una de ellas es El otro Francisco, dirigida por Sergio Giral y estrenada el 10 de julio de 1975 en los cines Cines Yara, Acapulco, Metropolitan, Mónaco, Florida y City Hall.
El filme se basa en la novela Francisco (escrita entre 1838 y 1839, pero publicada en 1880) del escritor Anselmo Suárez y Romero, y en su trama incluye el amor entre dos negros esclavos, Francisco y Dorotea, impedidos por su ama Doña Dolores Mendizábal de consumar ese amor. La obra literaria ha sido valorada, no tanto por el tratamiento a la trama, sino por la descripción de la vida en el ingenio, las costumbres, los cantos y rituales africanos.
Para la escritura del guion, Giral se auxilió de directores como Tomás Gutiérrez Alea, Héctor Veitía y Julio García Espinosa, los cuales ya eran figuras reconocidas en el ámbito cubano e internacional, lo que aseguró el acertado manejo de los recursos del lenguaje audiovisual en la obra.
El pasado 12 de julio se celebraron 55 años del estreno del filme Giselle, de Enrique Pineda Barnet, que tuvo lugar en el Cine Dúplex. Sobre la obra, el propio Pineda Barnet comentó: “La película trata de fijar para el futuro la creación de Alicia Alonso y de su grupo en Giselle”1. Tal propósito que fue logrado y permitió que el ballet perviva en su ejecución impecable en su tiempo eterno.
Este sábado se cumplen 35 años del estreno del largometraje de animación ¡Vampiros en La Habana!, de Juan Padrón. Fue estrenado en los cines Chaplin, Payret, Jigüe, Yara, Acapulco, Ambassador, Astral, Gran Cine y Florida. Ha quedado impreso en el imaginario colectivo de la nación.
Algunos de los códigos que marcan esta y otras obras de Padrón se aferraron al retrato de la personalidad del cubano, desde cada una de las aristas que la integran. El valor de ¡Vampiros en La Habana! trasciende su propia realización, para situarse en un lugar especial dentro del cine cubano.
Para cerrar este breve repaso por algunas de las efemérides del mes de julio en el ámbito cinematográfico cubano, hay que referir que el próximo día 28 se cumplen tres décadas del estreno del filme La inútil muerte de mi socio Manolo, de Julio García Espinosa.
Su estreno tuvo lugar en los cines Yara, Payret, Apolo, Alameda, Ambassador, Gran Cine, Carral, XI Festival, Continental y Güinera. La profesora y crítica Berta Carricarte reconoce: “Su principal desacierto fue haber anunciado el riesgo sin atreverse a correrlo: faltó osadía, faltó irreverencia. Es una obra demasiado madura, hay demasiado cálculo en ella”2.
Volver sobre estas cuatro obras le permite al espectador cubano apreciar el cine cubano en su amplitud de propuestas artísticas y en la diversidad de géneros que lo caracterizan.
Notas
1 Mario Rodríguez Alemán: “Giselle entra al cine”. Revista Cine Cubano, no. 16.
2 Berta Carricarte: La inútil muerte de mi socio Manolo: breve ensayo sobre su utilidad. La Jiribilla.