15 de octubre de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Aurora Pita: Una mujer realizada y amada por el público

Amanece y nos llega la noticia de que ya no estará más, y deja definitivamente un silencio en los pasillos del Icrt, los cuales nunca abandonó del todo
Aurora Pita

Aurora Pita

Supo ganarse la simpatía, el cariño y el respeto de su público, y en ello tuvo que ver además de su probado talento, esa manera cariñosa y jovial con que le hablaba, incluso, a las personas que no le resultaban cercanas. Para todas había una sonrisa y hasta alguna ocasional invitación a tomar café, que por cierto no le podía faltar.

Amanece y nos llega la noticia de que ya no estará más, y deja definitivamente un silencio en los pasillos del Icrt, o de Radio Progreso, los cuales nunca abandonó del todo.

Aurora Pita dice adiós; esa mujer hermosa que llegó a Cuba en brazos de su madre, y junto a su padre, desde Perlío, poblado de la Ría de Ferrol, con pocos meses.  La causa, huir de la Guerra Civil Española para asentarse en esta Isla que amó y en la que fue amada.

Cuba le abrió sus puertas y ella penetró a fuerza de carácter y talento. Estudió declamación y recibió clases de pintura, manifestación artística que le apasionó y de la que fue conocedora.

Con solo catorce años obtuvo su primer contrato como actriz y llegó a laborar en once programas radiales.  Personajes de niña pobre en un primer momento, fue además “Purita” en el espacio humorístico A reírse rápido en los finales de los años cincuenta; y fue “Electa Garrigó” en teatro.

La televisión la vio brillar en espacios infantiles, aventuras y novelas, como en la serie Los Vikingos. Encarnó a George Sand e Isabel I de Inglaterra, a la Doña Gertrudris de Sandoval y Santa Cruz, en Sol de Batey, pero indudablemente “la gallega Catalina” en Para el año que viene, es y será siempre ella.  Cual homenaje a sus orígenes, este personaje unía sentido del humor, sensibilidad, humanismo y una gran lealtad hacia quienes quería y hacia lo que creía. Bien pudiera haber sido un espejo de sí misma. Con este rol Aurora Pita obtuvo el Premio Caricato de la Uneac en 1995.

Elegancia, distinción y su voz, cálida al tiempo que acariciaba, la caracterizaban; ella transmitía inmensa energía, y toda esa grandeza se traducía en total sencillez. Colaboró con proyectos comunitarios donde preparó actores aficionados y, además, en unión de otros colaboradores escribió un libro sobre el protagonismo de la mujer en las altas corrientes españolas.

Premio Nacional de la Radio y la Televisión cubanas, Premio ACTUAR por la Obra de la vida, Artista Emérita de la Radio y la Televisión cubana, laureada con la Orden por la Cultura Nacional y poseedora del Micrófono de la Radio, son solo algunas de las distinciones recibidas por esta gran actriz que alternó la grandeza de la escena con el goce de la maternidad, lo que la hizo sentirse realizada en todos los sentidos, y a la que seguiremos queriendo desde todos los sentidos.

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