19 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

“Estaciones fue mi gran tesis de posgrado”

Confiesa Bruno Suárez Romero, destacado director de radio y docente con 30 de trabajo en el medio

Bruno Suárez Romero, director de programas de radio y televisión.

Aunque no siempre se cumple el proverbio “hijo de gato caza ratón”, en él sí fue válido. De la mano de su padre, el realizador de sonido Bruno Suárez De Castro, desanduvo durante su infancia los pasillos y cabinas del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). Han pasado 30 años del inicio de su vida laboral en los cuales se ha destacado como realizador, docente y representante del gremio artístico a nivel nacional.

Pero dejemos que sea Bruno quien nos cuente. Nos dimos cita en el lobby de 23 y M. En el trayecto hacia uno de los estudios de Radio Rebelde, donde realizamos la entrevista, varias personas lo saludan y más de una broma suya hace reír a la gente. La constancia y la laboriosidad son otros de sus atributos. Antes de comenzar el diálogo les da unos toques finales a obras pendientes.

Pronuncio la frase “vida artística” y me rectifica que son años de trabajo, “viene siendo la confirmación de todas las cosas que he hecho, algunas artísticas y otras no. Tuve un antecedente en mi padre, quien desde los años 60 del siglo pasado trabajó como realizador de sonido y de efectos en la radio y la televisión”.

Desde niño, a Bruno le gustaban el dibujo y las dramatizaciones escénicas, con la maravilla que resulta de la interacción con cámaras, luces, micrófonos, escenarios. “Recuerdo haber venido con 5 o 6 años a estos estudios y presenciar muchas grabaciones de radio y televisión”, cuenta quien vio dirigir a una constelación de grandes directores como Oscar Luis López, Odilia Romero, Isabel Aida Rodríguez y Xiomara Blanco. Por esa razón, cuando logra ingresar en el Instituto Superior de Arte (ISA) prescindió de la Licenciatura en Historia, carrera que ya había comenzado en la Universidad de La Habana.

Luego de pasar un curso básico de grabador asistente de sonido, se inició como microfonista en varios programas de televisión. Al año cursó la especialidad de realizador de sonido. Entre 1991 y 1997 se desempeñó simultáneamente en diversos programas de Radio Rebelde y Radio Taíno. “Como sonidista tenía en mis manos la trasmisión. Desde la consola trabajé todos los elementos sonoros en trasmisiones en vivo. Empecé a experimentar”, apunta quien dice identificar lo artístico en el proceso de edición.

Bruno encuentra incentivo en programas de Taíno como Un día diferente y Hablando de Cuba – de este último fue director—, ambos de gran complejidad en el montaje sonoro. En sus primeros seis años de trabajo obtuvo la categoría de primer nivel como realizador de sonido. Un ejemplo de su labor en la edición de propaganda y publicidad es la presentación del espacio Así hablamos, de Taíno, referente nacional, donde tomó como base una pieza musical de Pedro Luis Ferrer, “Como me gusta hablar español”.

Por ese espacio obtuvo Suárez el primer premio de su carrera en un Festival Nacional de la Radio. Igualmente entre sus trabajos en el terreno de la sonorización ha estado la musicalización para eventos de trascendencia nacional transmitidos por Radio Rebelde. Entre ellos, la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, la Cumbre Iberoamericana de 1999 y otros relacionados con la Batalla de Ideas.

“Te parece que has dado en el clavo cuando otros medios reutilizan la música que has escogido. Eso de decidir desde un cubículo de edición cuál es la música correcta a utilizar, qué fragmento de ella seleccionar, dónde utilizar la parte cantada o el puente conlleva a desarrollarte artísticamente.

“La programación de Rebelde me dio la posibilidad de desarrollar también el montaje, los efectos y la musicalización en reportajes y documentales. Se diferencia de la musicalización clásica que vi desde niño en los estudios de Radio Liberación y Radio Progreso, donde mi padre y otros compañeros trabajaban los dramatizados”.

Decidí probarme como director

“En Rebelde tuve la suerte de coincidir en mis primeros años de trabajo con el equipo fundador de esa etapa que llamaron la nueva Radio Rebelde o el nuevo estilo. Recuerdo haber observado el trabajo de Jorge Ibarra, Alberto D. Pérez, Daniel Torres y otros que han sido mis compañeros de muchos años, como Ramón Espígul, Ismael Rensoly, Luis Ríos Vega y Guillermo Piñeyro. Ese ambiente creativo me impulsó a probarme como director”.

“El 30 de junio de 1997, día de mi cumpleaños 26, salió al aire el primer programa dirigido por mí, un radiodocumental dedicado al aniversario 50 de Radio Reloj. En septiembre de ese mismo año el material resultó ganador del Premio Caracol en Dirección de Documental Radial y del Premio Caracol del Círculo de Periodistas Culturales de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec). Al año siguiente fui laureado con el Premio Nacional de Periodismo Cultural de la Uneac por esa misma obra. A partir de ahí me enfoqué hacia la dirección”.

Desde 1995 estudiaba en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca). Su tesis, resultado de un taller de dirección realizado en Radio Progreso, versó sobre programas dramatizados a partir de un cuento escrito y dirigido por él, “Viaje a la verdad”.

Entre 1997 y 2006 llegó a dirigir cuatro programas en Rebelde: “En 1999 se me asigna la dirección de Ventana Rebelde, que estuvo en el aire por 10 años. Ese espacio dedicado a destacar la labor de los médicos cubanos en otras tierras se retomó por la actual pandemia de la covid-19. Simultáneamente dirijí el humorístico Humor Mix, un espacio de una hora, muy complejo, con una decena de actores, al frente del cual estuve 13 años.

“En Taíno fui el director del humorístico El gusto es mío, con la conducción del desparecido Octavio Rodríguez, Churrisco. El programa llevaba una entrevista central y dramatizaciones de apoyo. Allí tuvimos como invitados a Rosita Fornés, María de los Ángeles Santana, Armando Soler, Alberto Luberta, el actor chileno Jorge Guerra, Wilson, el de Las Criollitas, y muchos más. La emisora atesora esos programas como patrimonio”, resalta Bruno Suárez.

Acerca de la dinámica radial advierte: “me ha permitido laborar también de manera eventual en otros espacios donde he sustituido a los directores titulares por diversas razones, y he sentido en mí el aporte que me han dejado esos programas, entre ellos, Haciendo Radio, Noticiero Nacional de Radio, Deportivamente, la revista cultural Así, Parranda Campesina y Sorpresa.

“Tuve la suerte de poder trabajar y dirigir a locutores paradigmas como Franco Carbón, César Arredondo, Ana Margarita Gil y Gladys Goizueta. A esta última le agradezco las oportunidades que me dio desde su posición de directora de programación de Rebelde. Recuerdo también a mis profesores de radio en la carrera: Enrique Domínguez Sosa y Caridad Martínez”.

Estaciones: un antes y un después

A finales del 2002 llega a su vida la revista Estaciones, de la que había sido editor cuando se fundó en 1996. La dirigió durante unos ocho años. “Creo que fue mi gran tesis de posgrado. Cada día se dedicaba a un tema distinto. Podía tener un psicólogo, un especialista en arte y literatura y, algo muy marcado en el programa, la relación con el oyente a partir del llamado Club del amor y la amistad.

“Aquello fue chocante para mí al principio. Lo veía como algo un tanto frívolo. Me chocaba que la gente se encontrara y estableciera relaciones de pareja, creía que la radio no era para eso. Traté de modificarlo, pero la audiencia no lo permitía. Luego vi la importancia que tiene. Reinterpreté el concepto de radio de compañía y la posibilidad de mitigar la soledad de los escuchas para que las personas tuvieran un canal de comunicación que les permitiese estar juntos a pesar de la distancia.

“Entendí que había un grupo de oyentes con características especiales, a ellos les costaba trabajo establecer relaciones interpersonales. Y hubo quienes se casaron, otros hicieron muy buenos amigos. Empezamos a darles espacio a las personas homosexuales, bisexuales, etc., de manera muy respetuosa. También a otras con condiciones muy especiales como los reclusos. Eso nos trajo algunas incomprensiones, pero fueron superadas y el colectivo obtuvo el reconocimiento de los oyentes y de los compañeros en el ambiente radial. La revista resultó premiada en varios festivales del país. En el año 2004 obtuvimos un Gran Premio en el Festival Nacional de la Radio”.

Por otra parte, Estaciones atrajo la atención de grandes personalidades de la cultura, el arte y la sociedad, tanto nacionales como internacionales. Desde la nostalgia del oyente se concibieron espectáculos con la presencia en vivo de figuras internacionales que visitaron nuestro país, como los cantantes Dyango, Fito Páez, Luis Gardey y Danny Rivera, los grupos Fórmula V y Los Diablos, además de importantes artistas del patio.

Bruno Suárez Romero ha ejercido también como docente en la Famca, la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y el Centro de Estudios del ICRT. En el año 2009 fungió como asesor en la radio y la televisión de Guinea Ecuatorial, en las lejanas tierras africanas. En la actualidad dirige en Radio Rebelde la revista Frecuencia Total y la versión radial de Pasaje a lo desconocido.

Durante estos años ha alternado su trabajo en la radio y la televisión. “Me siento dichoso y honrado de haber dirigido esos espacios. Me enorgullece haber trabajado junto a personas con las cuales he aprendido y defendido mis programas”, concluye el actual presidente del Tribunal de Evaluación de Directores de Radio y vicepresidente de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Uneac.

En la actualidad Bruno Suárez dirige en Radio Rebelde la revista Frecuencia Total.
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