14 de noviembre de 2024

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Luis Rielo cuenta su historia

Según el reconocido actor cubano, su obra literaria autobiográfica presenta “la historia de un hombre que no tuvo infancia”

Con la Feria Internacional del Libro, cada año llegan interesantes historias transformadas en libros, y ese es el caso de Aquel niño que nunca fui. La historia del actor Luis Rielo aparece reflejada en texto e imágenes que conforman un volumen que atrapa por lo sensible y tierno, y por la manera tan natural en que está narrada la vida del escritor.

“Yo nunca fui niño, en el buen sentido de la frase. Desde los cuatro años comencé a trabajar, aunque parezca mentira. Con esa temprana edad comencé a echar agua a las vasijas de los animales que habían en casa y a los cinco criaba los animales que teníamos”, así inicia el recuento de su historia el destacado actor.

Su oficio como arriero o como carbonero, con menos de diez años de vida, volvieron a sus recuerdos durante el diálogo para esta entrevista. “A mi nunca me pudieron hacer una fotografía, ni recibí un juguete en Día de Reyes. La primera fotografía que me tomaron fue cuando tenía cerca de quince años, así que no puedo decir cómo era de pequeño. Los primeros zapatos que calzaron mis pies los tuve a los siete años de edad, y tuve que regalarlos porque no los reaistía, imagínese como estaban de duros”.

Una historia inimaginable para los de ahora recoge Aquel niño…, gracias a la Ediciones En Vivo, sello con el cual llegó a la 29 Feria Internacional del Libro dicho volumen, el más vendido de las diez novedades que presentó la editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión en el transcurso del citado evento cultural.

Los avatares vividos por Rielo a su llegada a La Habana, su ignorancia manifiesta entonces y los sustos ante la gran ciudad, son elementos recogidos en párrafos muy cercanos a las fotografías.

Un aparte para el amor del artista por la actuación fue inevitable: “en el campo mi hermano me llevó a ver la película El Zorro, y ahí surgió mi ´amor a primera vista´, apuntó Rielo. Cuando estaba viendo la película me entró un sentimiento que nunca antes había experimentado y, al salir de allí, le dije a mi hermano: ´cuando sea grande seré artista como ese´, y él me respondió con una grosería, burlándose de mí. Desde ese momento los vecinos me bautizaron como «El artite», en tono de burla. Pero ese día, sin darme cuenta, hice un juramento de amor que me duró para toda la vida, porque todavía sigo enamorado de aquello que no sabía lo que era”.

Al preguntarle sobre los propósitos que lo llevaron a escribir Aquel niño…, el octogenario que nació en la Ciénaga de Zapata respondió: “Cada vez que me entrevistaban, me sugerían recoger mi historia en un libro, porque mi vida era una novela. Hace unos años sufrí un infarto y ese fue el impulsor para escribir este libro. Comencé a pasar revista a mi vida y una noche empecé a escribir una cuartilla que continué a la mañana siguiente, hasta culminar este libro en el que juro que no hay una sola mentira. Nunca pensé que el libro gustaría tanto, ni que resultaría insuficiente su primera edición, lo que para mí es un honor, porque no me considero un escritor”.

Otra pregunta surgida al calor del diálogo para En Vivo estuvo relacionada con las satisfacciones que le ha dado el oficio de actor, su respuesta no se hizo esperar: “Esta profesión me ha compensado todas las carencias de la infancia. Cuando me vi por primera vez en un escenario, me sentí el hombre más feliz del universo. Los aplausos del público, en ese momemto, me hicieron vivir el día más feliz de mi vida hasta entonces, ya era actor y había realizado el sueño de mi vida”.

Este talentoso hombre se reconoce como luchador constante contra la ignorancia y lector empedernido, lo que le ha ayudado a superarse y ser mejor profesional. Entre los más de cien personajes interpretados a lo largo de su vida artística, reconoce como los más populares a Malpica (aventura El Zorro), Matías (cruel mayoral de la novela Sol de Batey, transmitida en 1985) y El sargento Asín (El Alcón negro), todos suplantaron la identidad de Rielo mientras estuvieron en pantalla.

Aunque ha interpretado un sinnúmero de personajes, aún siente que faltan otros. “He interpretado todos los personajes que me han dado, he hecho algunos muy buenos, pero el mejor aún está por llegar, enfatiza. Hace poco interpreré a un personaje que hablaba muy poco, ese creo que fue uno de los mejores que he desempeñado, todo lo expresaba a través de gestos y reacciones, y me encantaría tener un rol similar, pero protagónico. Me gustaría trabajar solo con la mirada, con las emociones y con el lenguaje extraverbal, es algo muy difícil y exigente”.

La presencia de Luis Rielo ha sido significativa en todos los medios (cine, radio, televisión y teatro), de ellos, el que más ha disfrutado es la radio, en ese sentido comentó: “Fui actor y director de radio durante muchos años, desde allí tuve el honor de interpretar a Augusto César Sandino, en la novela Sandino, general de hombres libres. También dirigí en la emisora Radio Liberación, en una etapa muy difícil para el trabajo. Recuerdo que allí realizaba un espacio dedicado a la guerra de Viet Nam, y para lograrlo tuvimos que buscar historias reales y asesoría en la embajada de esa nación en Cuba, ya que no teníamos escritores.

“En Radio Progreso hice un personaje que se llamaba Jacinto, en una novela que tuvo la mayor popularidad después de El derecho de nacer (transmitida en 1965), y que tenía por título Ketti Villada.

Para los jóvenes actores y para los que pretenden serlo, Luis Rielo deja el siguiente mensaje: “aunque estén ya en la pantalla, en la radio o el teatro, no piensen que lo saben todo. Escuchen a los que más han vivido, pidan consejos y sean serios en su trabajo. No dejen de estudiar y aprendan de los que tienen más experiencias. Así llegarán al corazón del público”.

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