26 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Miguel Ginarte, un hombre de tierra brava

El reconocido productor de la televisión cubana conversa sobre su devenir en el medio
Miguel Ginarte

Miguel Ginarte

Después de recorrer un largo camino, llegamos a la casa de un hombre toda bondad, amabilidad y ética.

Nos recibió como si fuéramos amigos de muchos años, aunque confieso que era la primera vez que nos encontrábamos. Enseguida pasamos su casa-museo y comenzó la entrevista que fluyó sin necesidad de muchas preguntas.

Al preguntarle por sus orígenes, Miguel Ginarte habló casi sin pausa. Nació en un lugar remoto, pero histórico, llamado Dos Ríos, en 1940 -como apunta él- “muy cerca de donde cayó nuestro Apóstol José Martí”, por tanto, se considera “un campesino nato”.

Siempre sintió pasión por los caballos; su padre tenía una yegua que llamaban Santiago Habana, que le sirvió para llevar y traer mensajes de los miembros del Ejército Rebelde sin llamar la atención de los guardias de la tiranía. Llevó mensajes al Che, Almeida y otros jefes rebeldes.

Ya en 1958, se alza a las órdenes de Cristino Naranjo y tras el triunfo de la Revolución entra en Managua como tanquista a las órdenes del Comandante Juan Almeida. Posteriormente, participa la batalla de Playa Girón.

Su entrada a la televisión se produce de forma casual, pues aun siendo militar participa en algunas escenas de guerra y las primeras cosas que hace es representar a un jinete. No lo consideraban actor, sin embargo dedicaba sus ratos libres a enseñar a los actores y extras a tratar a los caballos, cómo bañarlos amansarlos, etcétera.
En 1964, siendo extra, se comienza a hablar de series como Los Mambises, Juan Quinquín en Pueblo Mocho; lo llaman porque los directores reconocían en él a un hombre que conoce de caballos, así lo ponen a realizar las escenas de acción.

Cuenta con una gran sonrisa que una vez en los estudios, Sirio Soto lo dejó como actor; interpretaba disímiles presonajes; después trabajó con Juan Carlos Rodríguez, Vázquez Gallo y Carballido Rey.

Cuenta Ginarte que hubo una obra que necesita un mulo, pero había que subirlo hasta el segundo piso del Instituto Cubano de Radio y Televisión. Él lo amansó y lo llevó en su trailer.

Posteriormente, llega Jorge Serguera a presidir el ICRT y plantea que debe existir un lugar donde se almacenen objetos y animales para ser utilizados en los seriales y otros programas. Celia Sánchez dona 20 yeguas y 20 mulos que llevan para el hipódromo y Ginarte se hace cargo de ellos.

A partir de esa experiencia comienza a cobrar por el ICRT y entonces se le ocurre agrupar a “muchachos que estaban un poco descarriados” y los enseña todo lo que sabe de animales.

En 1967 comienza a entrenar para la realización de la película “Lucía” y lo hacen responsable del equipo de acción; después vendría “La primera carga al machete”, dirigida por Manuel Octavio Gómez. En este largometraje, Miguel interpreta al ayudante de Máximo Gómez, mientras que el papel de este jefe mambí lo desarrolla uno de los muchachos que él tiene a su amparo, a quien llamaban Tribilín. Todas estas escenas se filmaron en Bayamo.

Miguel y sus caballos permanecieron un tiempo en Alamar, pero cuando surge la idea de hacer viviendas para los obreros y se fundan las microbirgadas debió abandonar este lugar. Desde 1978 se traslada para donde hoy vive todavía y ya desde ese momento se convierte en productor.

Como afirma con una franca sonrisa, devino “en recolector de todo lo que sirva; lo mismo para una aventura que para una novela de época; de ahí ese museo donde se encuentra todo lo que el director desea utilizar”.

Ginarte recuerda con mucho cariño la aventura “El Mambisito”, que realizó con el excelente realizador Erick Kaupp. Un día se le ocurrió plantear por qué no existía un programa dedicado a los campesinos, y así surgió Palmas y Cañas, del cual se considera fundador. Trabajó también con esos grandes de los musicales como Amaury Pérez, Manolo Rifat y Joaquín M. Condall.

Miguel Ginarte apadrina un grupo de niños con inquietudes artísticas en la barriada de Santos Suárez, que todos llaman Teatro de México. Algunos de los pequeños participaron en el homenaje que le brindaron a Ginarte artistas miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en abril de este año.

Se considera un hombre feliz y realizado con sus caballos, jabalíes y su casa museo, humilde pero en la que se respira paz. No quiere dejar de apuntar que uno de sus muchachos de los que ha educado es el excelente actor Felito Lahera.

Durante nuestra larga conversación llegó un joven que nos expresó: “ Me llamo Joel Janevsan Perdomo. Llevo trabajando con Miguel 12 años, fui un niño descarriado; tengo 33 años y él me ha educado y hecho un hombre de bien”.

Entre los reconocimientos y distinciones que ha recibido Ginarte se encuentran: la Distinción Gitana Tropical, que le otorgó la Dirección Provincial de Cultura de La Habana, así como la réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez, que recibió de manos del Comandante Juan Almeida Bosque. Fotos

Además, a la entrada de su casa, luce resplandeciente una figura tallada en madera que le obsequió el general Torrijos.

Ginarte nos despidió con un fuerte abrazo e infinitas gracias por habernos trasladado tan lejos para hacerle esta entrevista, nosotros le deseamos mucha salud y le aseguramos que es un hombre de tierra brava.

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