Para narrar y narrar bien
El deporte y los grandes de medios de comunicación masiva han tenido una relación muy estrecha. Aunque los medios son, en mayoría, posteriores en su creación a buena parte del origen de muchas disciplinas deportivas, es notable el desarrollo en paralelo de ambos mundos.
De hecho, los eventos deportivos más importantes, como los Juegos Olímpicos, han devenido en una especie de vitrina mundial. Allí se muestran, tanto las nuevas tecnologías de cronometraje, medición, de implementos y hasta ropas y zapatos de los atletas, como todas las novedades en el campo de las trasmisiones radiales, televisivas y a través de la Internet.
Un factor imprescindible dentro del complejo entramado que implica una trasmisión deportiva está en el profesional que resulta ser el enlace más directo entre ese evento y el público. Hablamos del narrador y comentarista deportivo.
Casi todos los deportes en la actualidad requieren de un alto nivel de especialización del narrador. Este profesional debe dominar reglas, figuras destacadas de esa disciplina, historias, registros en victorias y marcas, así como poseer un vocabulario amplio, no solo de los términos comunes del propio deporte, sino de su principal herramienta: el idioma.
La Editorial En vivo hace su aporte a este particular camino del mundo audiovisual y ofrece el título La narración del futbol, de la autoría de Diego H. Méndez Calero. Como se sabe, el juego de los goles y arcos tiene hoy asiento mundial en el gusto de los aficionados.
Así que, tanto para que el público como para los seguidores de este deporte, aquí viene un libro que pudiera ser de gran utilidad.
Su autor, narrador deportivo de larga data, tiene una vasta experiencia en la cobertura de eventos deportivos. Con más de medio siglo de trabajo, Diego H Méndez ha asistido a nueve Juegos Olímpicos; a once Juegos Panamericanos y a varias eliminatorias olímpicas y mundiales de Fútbol, además de Copas del Mundo y Grand Prix, entre otros muchos eventos.
Méndez es graduado en Filología, en la especialidad de Literatura Cubana, en la Universidad de La Habana. Es profesor universitario en el Centro de Documentación y Capacitación del Instituto Cubano de Radio y Televisión y miembro de la Cátedra de Periodismo Deportivo del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
En este libro, tal señala el autor, se “apunta hacia un tema poco o casi nada trabajado: a la necesidad de la constante superación de los cronistas deportivos, a lo apropiado que sería la formación académica en Universidades o Consultoras Pedagógicas de los narradores y comentaristas y a la mejor utilización del castellano, nuestra lengua materna, para la más eficaz comunicación con cientos de millones de personas hispanoparlantes en el mundo.”
En consonancia con tal argumento, el texto recorre diversos estratos relacionados con la preparación de los profesionales de la narración deportiva. La afirmación de que un narrador debe ser un modelo lingüístico, acompaña a la mayor parte de las ideas y herramientas que aporta este volumen.
La explicación de los rudimentos del fútbol, de algunas de sus estrategias, del dominio de los nombres de las áreas y sus normas en la cancha, del conocimiento de jugadores y reglas, además del instrumental de saberes para encarar la larga narración de un partido, que puede ser entre noventa o ciento veinte minutos, se recorren en la obra.
El texto ofrece también un amplísimo glosario de palabras y de expresiones del argot futbolístico para describir un buen número de situaciones puntuales en el juego.
Tanto jugadas específicas como estados de ánimo, la muestra de habilidades o de limitaciones de determinado jugador, técnico o equipo, abundantes sinónimos para los nombres de posiciones y acciones dentro del césped y hasta aclaraciones sobre posibles barbarismos dentro de la descripción del partido, se señalan en esta copiosa sección de la obra.
Completan el volumen una galería de imágenes, las listas de los nombres de los jugadores campeones del mundo junto con fotos de sus equipos y escudos, así como el ranking de los países ganadores de Campeonatos Mundiales, más una útil y abundante bibliografía como cierre.
Este libro bien pudiera abrir un camino de publicaciones dirigidas a informar y orientar, tanto a profesionales como a aficionados, sobre cada deporte. Por ahora, la invitación a la lectura de La narración del futbol queda hecha.
