Pareja y estereotipos de género en los medios
El género constituye una categoría que incide en el conjunto de las relaciones sociales y que abarca mucho más que el mero vínculo hombre-mujer.
Simone de Beauvoir, pionera en los estudios sobre este tema, señaló en su revolucionario texto El segundo sexo que “no se nace mujer, llega una a serlo”.
Con esta frase, la teórica francesa aludía al carácter de constructo social que posee esta categoría, a partir de los roles, atributos y funciones que cada cultura le asigna a las mujeres para reconocerlas y aceptarlas como tal.
En este sentido, los medios de comunicación, como centros legitimadores de valores y conductas, proyectan y reproduce qué patrones de comportamientos son los correctos para mujeres y hombres.
Más específicamente, la televisión, desde sus series, telenovelas, filmes, y programas de humor, funge como modelo mediático de las maneras en que deben expresarse, sentir, comportarse y hasta gestualizar hembras y varones para ser aceptados y reconocidos en la sociedad.
Cuando surgen las relaciones de pareja, en forma de noviazgo, matrimonio o uniones consensuales, los individuos ponen en práctica, muchas veces de modo inconsciente, las conductas y pautas aprendidas en la familia o la escuela, y reforzadas a través de los medios.
Estos modelos se proyectan en disímiles ámbitos de la relación de pareja, como los modos de comunicarse entre sí, la distribución del trabajo doméstico, la asignación de roles en el cuidado de niños y ancianos o el respeto por los intereses y aspiraciones individuales de los miembros de esa unión.
La cultura occidental les ha asignado a las mujeres un rol secundario y de subordinación frente al patriarcado, entendido este como “la estructura primaria de poder que se mantiene intencionada y deliberadamente en la cual las diferencias de género y su desigualdad son subproductos del propio patriarcado”.1
Desde las manifestaciones de violencia física hasta formas más sutiles como la violencia verbal y psicológica, las mujeres son a menudo representadas en los medios como víctimas de presiones sociales al interior de la pareja, que la obligan a adoptar determinadas actitudes en nombre del amor, pero en contra de su voluntad.
Aún existen patrones culturales, de gran arraigo entre la población y sobre todo entre las más jóvenes generaciones, como aquellos que legitiman actitudes violentas del hombre (los celos desmedidos, el afán de posesión de sus parejas o el control de los mensajes privados de la mujer, por correo o telefonía móvil) como conductas que, en el imaginario social, refuerzan el amor de pareja.
Estas y otras creencias perviven todavía hoy en la sociedad, y aún son insuficientes las propuestas audiovisuales que intentan cuestionar o deconstruir estos tabúes.
Polemizar en torno al tema de los estereotipos y creencias de género en el seno de la pareja es solo el primer paso para visibilizar el problema y generar el debate y la transformación de una problemática que nos afecta a todos, más allá de los roles esquemáticos que se nos asignen.
Referencia:
Ritzer, George (2006): Teoría sociológica clásica, Editorial Félix Varela, La Habana.