¿Utopía o realidad? (IV)
Miriela Fernandez Lozano, comunicadora popular del Centro Martin Luther King, asegura que “el periodismo ciudadano y la comunicación popular coinciden en varios puntos. Pero primero, habría que definir de qué periodismo ciudadano hablamos, pues las empresas de la información también están utilizando esta denominación restringidas a lo interactivo.
“Sin embargo, hay un periodismo ciudadano más comprometido con lo social, y en ese, específicamente, se encuentran zonas de coincidencia con la comunicación popular”.
Esta investigadora de los movimientos sociales, ha contribuido con la organización del sector de comunicación en articulaciones de nivel continental, además colabora con medios alternativos.
Tal aval respalda su afirmación de que la comunicación popular “tiene por base los principios emancipatorios y participativos de la educación popular, de la cual fue precursor Paulo Freire.
“Y ante los vacíos democráticos y participativos históricos, la comunicación popular busca acompañar procesos sociales de base popular para transformar la realidad, posibilitando que, por medios de procesos comunicativos, se logre un diálogo con la sociedad.
“Teniendo en cuenta esto podemos decir que el periodismo ciudadano y la comunicación popular pueden tener contenidos similares, en aras de difundir problemáticas poco visibilizadas de interés social. De esta forma, también están cambiando la agenda tradicional de los grandes medios.
“Por otra parte, la comunicación popular tiene la intención de producir contenidos informativos desde la voz de los protagonistas, mientras que, a partir del periodismo ciudadano, la participación se reduce a utilizar a otros y a otras como fuentes. O sea, hay distintos niveles de participación, aunque en ambos casos se busque la presencia de voces populares.
“Profesionales de la información y la comunicación además siguen siendo los «dueños» de la palabra. Pero, sin dudas, hay un rompimiento con la manera tradicional de concebir la comunicación, y se aprecian aportes en el abrir los medios al contraste de opinión, a criterios más silenciados.
“Siento que lo necesario es una mayor complementariedad entre el periodismo ciudadano y la comunicación popular, que tiene sus pies más en las comunidades, en lo territorial.
“Debemos analizar, además, la integración al proceso productivo. Ambos procesos están cambiando la forma de hacer comunicación y la integración de los receptores al proceso productivo, que cada vez son más tenidos en cuenta a la hora de construir la noticia. Es lo que Paulo Freire llama “la prealimnetación”, alimentarse previamente de lo que la gente demanda y está haciendo.
“Por último, analizamos el posicionamiento. Tanto el periodismo ciudadano como la comunicación popular se hayan en la misma disputa de sentidos a nivel de sociedad, los dos demandan más intervención con tal de corroer el sistema de comunicación monolítico de las élites en el poder o del mercado”.