26 de abril de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

El público infantil y adolescente ante la programación de verano

Resulta necesario conocer los gustos y preferencias del públicos para mejorar las propuestas
Resulta necesario conocer los gustos y preferencias del públicos para mejorar las propuestas

Resulta necesario conocer los gustos y preferencias del públicos para mejorar las propuestas

Para la Televisión Cubana siempre ha sido un reto dar respuesta a los requerimientos de la programación que se dirige al público infantil y adolescente, principalmente en el período estival.

Varias son las razones, entre ellas se destaca la necesidad de dirigirse a un grupo poblacional heterogéneo, que se encuentra en diferentes estadios de su desarrollo psíquico, y de proponerles programas que, reconociendo estas diferencias, se inserten con éxito en los esfuerzos que realiza la familia y la escuela en la formación educacional y cultural.

Las particularidades de la personalidad de los niños plantean a la televisión la exigencia de poner en pantalla una amplia diversidad de programas cuyos géneros, contenidos y tratamientos temáticos se correspondan con la madurez que progresivamente van alcanzando.

Se debe garantizar una programación orientada a las características de los grupos de edades y al tratamiento diferenciado, ajeno a la subestimación de las capacidades de los niños y adolescentes. Esta debe caracterizarse por un lenguaje claro, correcto y comprensible; ser muy diversa y prestar atención a la calidad artística y promoción de los programas.

Por ello, resulta necesario tomar en cuenta las sugerencias que hacen nuestros televidentes más jóvenes para mejorar, no solo la programación de verano sino la propuesta televisiva en sentido general. De lo que se trata es de construir una televisión desde ellos y para ellos; en la cual los niños y adolescentes puedan desarrollar una participación protagónica, no solo como televidentes, sino como productores de sentido y emisores.

Por esta razón, el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) realizó un estudio que aborda las principales tendencias de consumo infantil y adolescente ante la programación de verano. Para ello se sistematizaron los principales resultados de las investigaciones realizadas entre 2006 y 2016.

Comportamiento del auditorio infantil
La programación infantil de verano que la Televisión Cubana oferta cada año se ha mantenido con un nivel de audiencia elevada, mantiene un alto nivel de convocatoria para los niños, adolescentes y jóvenes.

Esta ha sido vista por más de un 95% de estos públicos durante los últimos años, aunque a partir del 2012 hubo un ligero descenso de los que se expusieron al medio televisivo y para el 2016 descendió alrededor de un 8 % en los sujetos de 8 a 14 años, lo que habla de una insatisfacción con respecto la programación ofrecida en el periodo estival.

En el caso de los jóvenes las ofertas televisivas veraniegas entre 2007-2011 despertaron mayor interés en los de 15 a 18 años. Es el grupo que continúa exponiéndose en menor medida a la oferta televisiva que los otros grupos y mantienen un comportamiento inestable.

Frecuencia y horarios de exposición
Durante los años analizados, se mantiene que los sujetos de 8 a 11 años son los que con más frecuencia se exponen a las ofertas del verano, seguidos del grupo de 12 a 14 años y, finalmente, los de 15 a 18 años, que son los que menos tiempo dedican a ver televisión.

Gran parte de estos públicos, de manera habitual, se exponen a la programación de verano, lo hacen todos o casi todos los días, aunque a medida que pasan los años aumenta el número de los que manifiestan verla solo algunos días o casi nunca.

Los niños suelen emplear en mayor medida el horario de la mañana para ver televisión; los adolescentes, por su parte, utilizan más la tarde y los jóvenes, preferentemente la noche. Aunque a partir del 2009 se evidencia que las propuestas de la tarde resultan las de mayor interés, por lo que pasa a ser el horario más utilizado.

Estos públicos permanecen viendo televisión hasta horas avanzadas de la noche (después de las 11:30 p.m.) todos los días de la semana. Existe un incremento notable, año tras año, de la utilización del horario nocturno en los tres grupos etarios y que se amplió a partir del comienzo de las transmisiones en la madrugada.

Actividades más realizadas durante el verano
Vale destacar que durante las vacaciones ver televisión es una de las actividades que estos públicos realizan con más frecuencia junto a ir a la playa; esta es una regularidad que se observa durante todos los años analizados, ocupan el primer y el segundo lugar indistintamente.

Existen otras actividades significativas como jugar y salir con amigos, ver películas de video, entre otras. A partir del 2006 comienzan a destacarse actividades como jugar atari o en computadora.

Sin embargo, a partir del 2012 las actividades más realizadas por estos públicos en los meses de verano revelan determinados cambios en su estructura de tiempo libre, ya que ver programas en DVD/VCD/Video desplaza a ver televisión, lo que influye en la disminución de la audiencia referida.

Esto indica, por tanto, la creciente competencia con que cuenta el medio televisivo en el caso de estos públicos, particularmente de los llamados medios alternativos; situación que se complejiza todavía más por el hecho de que otras opciones culturales (leer, ir al cine, ir al teatro, etc.) suelen ser poco privilegiadas por estos públicos.

El entretenimiento, la calidad de los programas y el conocimiento que se adquiere continúan siendo las razones fundamentales para exponerse a la programación de verano. No obstante, los jóvenes de 15 a 18 años le otorgan más peso que el resto de los grupos a alternativas que implican permanecer en la casa por causas ajenas a su voluntad, como: no había otras opciones, no tenía con quien salir.

Uso y evaluación de los canales
Cubavisión se mantiene como el canal al que más se expusieron estos públicos. Sin embargo, en la actualidad, si bien Cubavisión es el canal que más se consume, a diferencia de años anteriores ha decrecido considerablemente su audiencia referida y su evaluación favorable. Todo parece indicar que la diversidad de las propuestas no satisface totalmente a la variedad de públicos que conforma su auditorio.

Tele Rebelde ocupó la segunda posición durante varios años, hasta que en el 2008 el canal Multivisión lo desplazó y comenzó a ocupar la tercera posición, resultado que se mantiene en la actualidad. El canal Multivisión, desde su salida al aire, ha pasado a ser el mejor evaluado entre todos los canales.

Llama la atención que el Canal Habana, a pesar de ser un telecentro provincial, desde su aparición en el 2007 ha alcanzado audiencias elevadas y su programación ha sido evaluada positivamente. Después le siguen los canales educativos, estos son los menos vistos y peor evaluados.

A partir del 2012 Tele Rebelde y el Canal Educativo incrementan sus audiencias. La alternativa del canal deportivo y el musical resultaron bien acogidas por estos públicos, aunque su programación no está dirigida a este segmento poblacional.

Evaluación de la programación
La evaluación de la programación de verano es favorable en su gran mayoría, tanto de forma general como en comparación con años anteriores.

Cada año las propuestas televisivas de la programación infantil se evalúan mejor que las de años anteriores, debido a la variedad de programas por los diferentes canales, cantidad de películas, los musicales, etc.

Existe una tendencia a calificar de muy buena y buena la programación, aunque los valores de esta categoría tienden a disminuir en los últimos 4 años, mientras que los de la categoría regular tienden a aumentar progresivamente.

Por grupos de edades continúan siendo los más satisfechos los niños y adolescentes entre 8 a 14 años. Y el público juvenil (de 15 a 18 años) se mantiene como el más insatisfecho con las propuestas, son los menos complacidos con la oferta televisiva de verano.

Durante la etapa analizada se mantiene una tendencia inversamente proporcional entre la edad de los encuestados y su satisfacción con la oferta televisiva de verano. A medida que aumenta la edad de los sujetos disminuye la satisfacción con respecto a la programación, así como la evaluación favorable.

Es necesario llamar la atención sobre la importancia de considerar en mayor medida los intereses del público adolescente a la hora de conformar este tipo de programación. El comportamiento descrito anteriormente puede deberse a que a mayor edad los gustos e intereses tienden a diversificarse y se acercan más a los de los adultos, tienen mayor independencia para realizar actividades fuera del hogar, además la oferta para los adolescentes y jóvenes resulta insuficiente.

Debemos tener en cuenta que la cantidad de opciones dirigidas al público infantil, como parte de las propuestas de verano, siempre es superior a las que se conciben para los adolescentes. Así como los niños suelen consumir con agrado programas destinados para auditorios de mayor edad, mientras que los jóvenes muy rara vez se exponen a productos televisivos destinados a niños.

Al respecto, este público considera la oferta del verano como aceptable, expresan que en algunos horarios no hay nada que ver, en otros se unen programas buenos en diferentes canales, para los jóvenes no hay casi programas, faltan películas de acción, por las mañanas no dan programación para los jóvenes en ningún canal, repiten muchos programas, entre otros.

Programas que más gustaron
Entre los programas que más gustaron predominan los que fueron concebidos específicamente para la programación de verano; y que estén relacionados con la comicidad, el atractivo visual y los intereses propios de cada grupo etario.

De manera general, los gustos varían según la edad; así como los intereses se distribuyen mayoritariamente entre los géneros dramatizado, cinematográfico y los espacios de las series extranjeras.

Entre los programas televisivos que más consumen los públicos infantiles (9-11 años) se mantienen las series y películas de dibujos animados, los humorísticos. Predominan los programas de producción extranjera. Las preferencias de los pequeños abarcan tanto espacios infantiles como de adultos.

Los intereses de los adolescentes y jóvenes (12-18 años) están dirigidos hacia las telenovelas, las películas, las aventuras, las series juveniles que aborden temas propios de su edad, la música actualizada y los programas humorísticos. Son los espacios más gustados los que más se desean ver en próximos veranos.

Dentro de los espacios cinematográficos más gustados por todos los grupos es reiterada la presencia de Dojo en TV, Somos multitud, Cuadro a cuadro, Tanda joven. A partir del 2011 hay una escasa mención de los cinematográficos, lo cual alerta la necesidad de repensar los espacios de este tipo que solían ser bien acogidos por estos públicos en años anteriores.

Llama la atención que dentro de los programas más gustados se encuentren las series policíacas, ya que son programas que en su concepción no van dirigidos a estas edades sino a un público adulto. Existe una tendencia desde edades tempranas a consumir productos televisivos destinados a mayores.

Entre lo más gustado se destaca el programa de participación Conexión y los musicales Colorama, Lucas, Talla joven, Piso 6, Sonando en Cuba. En el caso de los programas humorísticos sobresale La liga juvenil de la neurona, así como Jura decir la verdad, Vivir del cuento, A otro con ese cuento, estos últimos destinados a los adultos pero con elementos que parecen funcionar también para estas edades.

Los dramatizados cubanos de estreno han alcanzado éxito en la pantalla y han resultado muy bien acogidos, como por ejemplo: Mucho ruido, Deporte y amor, Coco verde, Enigma de un verano, Los pequeños fugitivos, Los tres Villalobos, Una calle mil caminos, Adrenalina 360, S.O.S Academia. La inclusión de estas series juveniles durante la programación de verano resulta, sin duda, muy positiva y un acierto de la televisión cubana, si se tiene en cuenta la aceptación que tuvieron en los públicos adolescentes y jóvenes.
Programas que menos gustaron

Los programas que menos gustan son, en su mayoría, producciones infantiles de factura nacional que forman parte de la programación habitual o que se transmiten cada verano. Este es un resultado que se repite en todos los veranos analizados. Entre estos se destacan: El elefante y la hormiga, Barquito de papel, De caramelo, La palangana, Sopa de palabras, Reguilete, Claro, Clarita, y otros.

Las razones principales por las que estos programas no satisfacen su interés están relacionadas con que son aburridos, pesados, poco interesantes, los repiten mucho, son malos, no tienen calidad.

En el caso de los adolescentes y jóvenes esto no es motivo de preocupación, puesto que no son espacios destinados a estos públicos; pero sí resulta lamentable que entre los niños los programas nacionales concebidos para ellos no tengan la acogida esperada.

La excepción ha sido la Sombrilla Amarilla, único programa infantil de producción nacional que en los últimos años consiguió ubicarse en la preferencia del público a la par y en ocasiones por encima de propuestas de origen extranjero, y que combinaba excelentemente en su realización los recursos necesarios para atrapar la atención infantil, como el uso adecuado de colores, del lenguaje, caracterizaciones convincentes sin renunciar a la fantasía, canciones, juegos, etc.

Consideraciones finales
A partir de los resultados analizados se pueden mencionar como aspectos positivos que han constituido fortalezas para la programación infantil de verano: la presencia de programas humorísticos y musicales juveniles; el estreno de dramatizados cubanos juveniles; las series de dibujos animados y espacios cinematográficos juveniles.

Entre algunos de los aspectos negativos o debilidades se pueden señalar: la carencia de programas infantiles de estreno de producción nacional y de un espacio para el animado cubano; la ausencia de una serie cubana para el horario de la aventuras; la presencia de un número importante de retransmisiones. El predominio de animados y series extranjeras, motivado por la imposibilidad de contar con suficientes propuestas de factura nacional, por la situación económica que atraviesa la televisión, ha sido también una debilidad de esta programación.

La programación infantil de verano necesita ampliar la presencia de programas nacionales de mayor aceptación. Conocemos las dificultades de recursos materiales, por eso sería bueno, en la medida de lo posible, reservar los necesarios para revertir esta carencia durante el período vacacional.

El éxito de la programación infantil de verano no solo depende de ubicar en pantalla programas que interesen a estos públicos y cumplan la imprescindible función social propia de una televisión socialista como la nuestra. También es importante tomar en consideración la marcada presencia en la producción y distribución de programas infantiles y juveniles de procedencia norteamericana. Por lo que se hace necesario elevar la capacidad de producción propia (en particular de series infantiles, juveniles y dibujos animados) y la selección de lo mejor que se produzca a nivel internacional, con el pensamiento estratégico de preservar y fortalecer la identidad y la cultura nacional a toda costa.

Recordemos que una televisión que priorice los productos foráneos sobre los propios está destinada al fracaso como proyecto cultural que intenta fortalecer la identidad nacional. Se debe abrir las puertas al audiovisual foráneo pero sin perder la perspectiva de que son complementos en la formación infantil, siempre con la orientación prudente de un adulto.

Se necesitan también productos comunicativos que reflejen nuestras raíces, historia y cultura popular, siempre que estén bien realizados, sepan captar la atención y cuenten con la aceptación de estos públicos.
Además, la televisión debe ser capaz de interesar y motivar a niños y adolescentes a ampliar su horizonte cultural, lo que implica un empleo más pleno del tiempo libre, en una diversidad de actividades que no se centren solamente en escuchar y ver programas.

*Especialista del Centro de Investigaciones Sociales de RTV Comercial, La Habana, Cuba.

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