¿Olvidado el placer de la lectura?

El flujo constante de imágenes e información es favorecido por la revolución tecnológica, buena parte del mundo ha pasado a ser una sociedad multipantalla, en esta prevalecen la familiaridad con el universo digital y las prácticas sociales que dinamizan la relación de lectores y lecturas.

Si ya no se escribe ni se lee como antes, tampoco se ve ni se representa como antes. La visualidad electrónica ha entrado a formar parte de la dimensión cultural, la cual es, al unísono, entorno tecnológico e imaginario. Por tanto, la radio y la televisión de ningún modo pueden estar ajenas a los nuevos lenguajes y las escrituras audiovisuales que conforman la fragmentada vida urbana.

Motivar el interés por la literatura desde edades tempranas influye decisivamente en los saberes y en la espiritualidad de cada persona.

Programas como Entre libros y Para leer mañana visibilizan autores, estéticas y experiencias creativas. Loables empeños, pero insuficientes, pues la televisión constituye una de las mediaciones históricas más expresivas del panorama contemporáneo, en el que confluyen hibridaciones de géneros y formas enunciativas.

Lectores empedernidos reconocen en este hábito una savia inmanente. Lo atestigua Pedro Pablo Rodríguez (1946), doctor en Ciencias Históricas, investigador titular y académico de mérito en la Academia de Ciencias de Cuba. Recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas en 2009, el Premio Nacional de Historia 2019 y condecoraciones por la obra de la vida. Ha publicado libros sobre diversos temas de historia y pensamiento cubano.

“Fui un niño lector y asiduo oyente de radio. Me apasionaban las aventuras: Alejandro Dumas, Julio Verne, Emilio Salgari, Tuve una gran alegría cuando Raúl Roa dijo que se pasó toda su existencia leyendo a este último”.

El profesor Rodríguez reconoce ser un vicioso de la lectura. “Cada persona necesita este ejercicio de forma sistemática. Las motivaciones comienzan en el hogar, la escuela, la biblioteca escolar. Quienes colaboramos con la radio y otros medios de comunicación somos conscientes de la importancia de estas vías para compartir saberes y hallazgos en investigaciones acuciosas”.

Como Director general de la edición crítica de las Obras Completas de José Martí considera esta labor un compromiso con el Apóstol. “A través de Radio Progreso y Radio Habana Cuba mantengo al tanto a los oyentes sobre el resultado de búsquedas intencionadas en periódicos en Cuba y fuera del país”.

Tras breve pausa, comenta: “Cuando hablo en público, dialogo con el Maestro para profundizar en el plano humano. Está de moda destacar que suda y tiene funciones biológicas, pero ese no es el Martí humano, sino el que sufre, tiene problemas, los vence, lucha consigo, con ideas propias y de otros.

“La televisión y el cine cubanos lo presentan con movimientos lentos, pausados, espaciosos, al reflexionar hace el gesto típico del pensador, esta es una imagen totalmente falsa. Todo el que lo conoció dice que era un loco, subía las escaleras de dos en dos, andaba corriendo, el tiempo no le alcanzaba”. El profesor privilegia la influencia de estudiosos que para él son referentes imprescindibles. Destaca al  intelectual Cintio Vitier, fallecido en 2009. “Poeta, crítico, ensayista, investigador, narrador, él defendió seguir las sendas del análisis histórico y crítico para conocer la profunda obra de Martí. Comparto este criterio, lo socializo ante los micrófonos, y siempre que tengo la oportunidad reitero: el acto de leer nunca puede ser olvidado. Sin distinción de formatos o tecnologías es un placer infinito en todos los momentos de la vida”.