El folletín radial y la virtud de ofrecer “Amores en subasta”
Los actores Kenia Ortiz, Yumilka Ruiz y Pablo Salcedo, interpretando los personajes de Mamá Bendita, Santa y el malvado Don Leoncio, respectivamente
La radionovela, ese género tan nuestro, el cual sigue formando parte de la identidad cubana, es heredero del folletín, aquella suerte de novelas rosas por encargo que pululaban las páginas de los periódicos de finales del siglo XIX y principios del XX. De historias cercadas por los abismos sociales y las dudas amatorias de sus protagonistas, se alimentaba el mismo, consumido principalmente por mujeres de clase media, que veían en tales lecturas entradas idóneas a nuevos mundos y arrolladoras pasiones, a las que no tendrían acceso en su mundo real.
Cuando en las décadas del treinta y el cuarenta del pasado siglo la radio cubana contaba con todas las condiciones técnico-artísticas para diseñar su propia programación dramatizada, el rescate de ciertas fórmulas provenientes del folletín impreso no se hizo esperar, democratizando ese derecho de soñar y vibrar con grandiosas historias, de sectores de la audiencia que ni leer sabían, pero que podían empatizar con los dramas humanos de esos personajes traídos por el éter.
Surgía en la radio una extensión sonora de un género nacido en las páginas de un periódico. El éxito fue inmediato por la sabia conjugación de intelecto con populismo, de majestuosidad literaria con bajos costos productivos, sumado a una fórmula infalible en el audiovisual de todos los tiempos: la capacidad de saber escuchar a los públicos.
Negar el impacto del folletín en nuestras dinámicas socioculturales sería, cuando menos, un acto de ingenuidad. Así lo ha creído toda la vida Joaquín Cuartas, el mago de las radionovelas en Cuba. Cuartas ha construido una sólida carrera en la radio a base de puro culebrón, término que a algunos puede parecer peyorativo, pero que sirve para describir la habilidad de unos pocos para sostener una obra de largo aliento al aire y no fenecer en el intento.
La cultura de Joaquín y su oficio fabricando historias, nos ha legado infinidad de obras memorables, originales y para nada simples en su concepción dramatúrgica. Consciente del impacto de aquellas mentadas novelitas a trozos publicadas en los periódicos de inicios del pasado siglo, la más reciente radionovela del laureado libretista, que actualmente transmite Radio Progreso, reverencia al género sin ningún tipo de recato o negación.
Amores en subasta se nombra esta nueva obra de Cuartas, ambientada en los primeros años de la república, donde el papel de la prensa rebasada el umbral de lo noticioso o sensacionalista. Muchas agendas tenían que cumplir los periódicos de la época, entre ellas estaba entretener mediante el folletín de la semana. Con esa premisa el guionista construye una historia coral, de personajes sacados del más barato de los folletines, pero rearmados con gusto y sofisticación.
Con su ingenio de siempre, Cuartas sitúa a varios arquetipos en un mismo entorno; los pone a confluir y de lo inesperado nace la maravilla. Amores improbables, secretos de familia, destinos arrebatados, entre otras extravagancias del género, articulan una fábula que parece vieja y nueva a la vez. Joaquín cuenta el mismo cuento pero desde otros presupuestos, y el resultado es de una efectividad increíble.
Como en obras pasadas, el experimentado libretista concibe un narrador muy atípico dentro de la dramaturgia radial. Pocos guionistas se atreven a “jugar” con el narrador personaje, que va ganando terreno e importancia según la trama avanza y los intereses dramatúrgicos se van liberando de preconceptos genéricos. Aquí, dicha voz narrativa funciona prácticamente como un alter ego del autor, que procura advertir a sus personajes de futuras desventuras, aunque estos no lo quieran escuchar y terminen haciendo lo que les plazca. Y es que los personajes de Cuartas gozan de un libre albedrío que asusta; son criaturas rebeldes que se salen del molde arquetípico con el que fueron diseñados, para simplemente ser ellos. Ahí radica el mayor encanto de dichos roles, y la clave del éxito en la obra del autor.
Transmitida por Radio Progreso a las diez y cuarentaicinco de la mañana en el espacio Tu novela de amor, Amores en subasta es interpretada sonoramente desde la corrección y el poco riesgo artístico. Es una obra eficiente, no digo que no, pero requería de más sustancia e irreverencia, para estar acorde a la naturaleza de quien la escribe y de sus trabajos precedentes.
Yumaris Cruz Carballo en la dirección, elige ser tenue, sofisticada a veces, pero desaprovecha momentos puntuales del material escrito, para darle movimiento desde el sonido, los efectos y las transiciones. Se pierde a veces el sentido humorístico de muchos parlamentos, por el uso de una música sin ningún tipo de color.
La elección del elenco principal también tiene sus altas y bajas. Hay intérpretes ubicados correctamente en sus roles, pero otros que apenas llegan a una representación decorosa. Voces que no empastan con las edades o estratos sociales de los personajes, superficial estudio de la época para lograr un mejor decir, entre otros contratiempos, lastran bastante el resultado final en el apartado de actuación.
Pero Amores en subasta termina funcionando para el oyente asiduo al espacio, por la calidad del texto y el homenaje evidente de Cuartas al folletín impreso; ese que tenía que existir primero, para que la radionovela y la telenovela llegaran después. Aún le quedan capítulos por delante a este culebrón radiofónico, que re-imagina con acierto mucho de los lugares comunes del género, para dejar bien clara que en la subasta del amor siempre suele ganar el mejor postor.
