27 de julio de 2024

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Editorial del Instituto Cubano de Radio y Televisión

Por una TV moderna, atractiva y enriquecedora

Tema discutido en la jornada final del evento teórico del XXXVII Concurso Caracol de la Uneac
Concurso Caracol 2015

Evento teórico de la XXXVII edición del Concurso Caracol 2015

A 65 años de su fundación, la Televisión Cubana debe repensar sus formas de producción y propuestas estéticas, ante el arrollador impacto de las nuevas tecnologías y la diversificación del consumo de audiovisuales a nivel social.

Así consideraron especialistas, directivos y asistentes a la jornada matutina de la tercera y última jornada del evento teórico de la XXXVII edición del Concurso Caracol 2015, que organiza la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

El encuentro, que sesionó del 4 al 6 de noviembre, en la sala Rubén Martínez Villena de la sede de la institución, en El Vedado capitalino, se centró en temas como las nuevas tecnologías, la conservación del patrimonio histórico, así como el homenaje a personalidades destacadas.

Mayra Cue Sierra, asesora, guionista e investigadora, disertó sobre la necesidad de priorizar el estudio y escritura sobre la historia del medio televisivo nacional, actividad que, consideró, “no ha estado a la altura de sus aportes culturales y científicos, momentos y personalidades memorables”.

Insistió en que “los investigadores vamos siendo pocos y añejos”, mientras aludió a trabas burocráticas que mantienen durmiendo en gavetas y colchones editoriales, textos que profundizan en dicho acontecer.
“Una investigación histórica sobre las prácticas institucionales impediría cometer los mismos errores”, subrayó.

Priorizar las investigaciones Diversos estudios constatan que el 94 por ciento de los cubanos ven televisión a diario, sin importar sexo, edad, profesión, raza o zona de residencia.

Por ello, puede afirmarse que sentarse frente a la pequeña pantalla es la práctica de consumo cultural más importante del país, argumentó Cecilia Linares Fleites, investigadora del Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello (CIDCC).

Sin embargo, dijo, “la irrupción de nuevas tecnologías y soportes ha provocado cambios significativos en ese panorama. El Estado dejó de ser el único proveedor de contenido audiovisual dada la amplitud de las nuevas plataformas digitales”.

De igual forma, existe un amplio mercado informal para esos contenidos con una oferta muy variada, desde los de impecable factura hasta aquellos con escasos valores, propios de la denominada “telebasura”, añadió.

Pedro Emilio Amorós, investigador del CIDCC, reclamó un fortalecimiento de las capacidades culturales para convivir con las nuevas prácticas de consumo simbólico, mediante una mayor y mejor producción nacional.

En este sentido, la también estudiosa del CIDCC, Yisel Rivero, abogó por incluir la apreciación para medios de comunicación dentro de los programas docentes.

Conminó a desterrar prejuicios respecto a los medios alternativos de circulación de contenidos audiovisuales, como el polémico Paquete semanal -compendio de cerca de un terabyte de información con películas, novelas, series, animados, shows, música, revistas-, el cual circula a través de discos duros y memorias flash a lo largo del país, al margen de las instituciones.

La revolución tecnológica en los medios hace que los sujetos creen sus propias parrillas de consumo por lo que, antes de escandalizarse o decretar prohibiciones, deben propiciarse investigaciones sobre los criterios de selección de dichos contenidos, reflexionó.

Una crítica que jerarquice y forme El presidente de la Uneac, Miguel Barnet, exhortó a los escritores “a abandonar sus torres de marfil y escribir para los medios”, como hicieron en su tiempo prestigiosos intelectuales como Enrique Núñez Rodríguez, Onelio Jorge Cardoso y Dora Alonso, y en la actualidad hacen Alberto Luberta y Joaquín Cuartas, entre muchos otros.

No obstante, reconoció el insuficiente estímulo salarial para quienes se enfrentan a la compleja labor de escribir guiones para la radio y la televisión.

“Debemos aspirar a un público mejor, por lo cual debemos insistir en una educación crítica, con contenidos reales que sean asimilados e inviten al gusto estético”, remarcó.

En este sentido, la periodista especializada en temas televisivos Paquita Armas Fonseca, echó en falta espacios de crítica audiovisual, “donde acudan especialistas de distintos perfiles enfocados en la jerarquización de contenidos de acuerdo con su calidad ética y estética”.

El periodista Jorge Alberto Piñero (JAPE), alertó sobre “la pérdida de espacios humorísticos en la televisión”, al tiempo que propuso crear en el ICRT una división para esta manifestación artística, “aprovechando las capacidades del Centro Promotor del Humor”.

Gisela Arandia, periodista, activista e investigadora, llamó la atención sobre la importancia de cuidar el uso del lenguaje, las posturas y el vestuario ante las cámaras, como parte de la labor formativa del medio.

Insistió en la necesidad de abrir los dramatizados y otros espacios a personas diversas -no solo a los jóvenes y bellos, dijo-, que se salgan de los cánones hegemónicos presentados como “normales” y “exitosos” en la sociedad, relacionados con el género, color de la piel, orientación sexual e identidad de género, zona geográfica, etcétera.

Para Pedro de la Hoz, vicepresidente de la Uneac, “existe un déficit estético en la formación de las nuevas generaciones”, cuya solución, además de los medios, corresponde en primer lugar a la familia, la escuela y la comunidad.

En este sentido, propuso fomentar el hábito de lectura “mediante la adaptación audiovisual de las mejores obras de la literatura”.

Alfonso Noya, director general de la Televisión Cubana, exhortó a propiciar espacios creativos.
“Faltan mecanismos para implementar los acuerdos en estos foros, así como los resultados de las investigaciones. Debe haber mayor intencionalidad en los mensajes hacia los públicos más jóvenes y los de la tercera edad. Sin un soporte científico, no puede haber el salto cualitativo para disponer de la televisión del siglo XXI a la cual aspiramos”, remarcó.

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