El Día del Oyente y la Familia Radialista

Cada 19 de marzo, como viene sucediendo desde el año 2003, Cuba dedica la fecha a ese fiel amigo, exigente juez, desinteresado cómplice y perspicaz colaborador que es el oyente de la radio: la razón de ser de un medio de comunicación que no solo ha sobrevivido al advenimiento de las nuevas tecnologías, sino que se ha servido de ellas para asumir con renovadas posibilidades y de un modo mucho más eficaz, abarcador e inmediato su cometido de informar, instruir, educar y entretener.

Precisamente, fue en la ya octogenaria y siempre vital Radio Cadena Habana donde surgió la iniciativa de celebrar el Día del Oyente y la Familia Radialista. Algo nada casual, porque suficiente experiencia ha acumulado dicha emisora en el arte de cautivar a sus públicos con una programación de excelente factura, donde se rinde un especial culto a la música nuestra. Esa estrecha e intensa relación que se establece con la radioaudiencia, a fin de involucrarla desde sus hogares y sus centros de trabajo o estudio, con el quehacer diario de quienes hacen posible la magia de la radio.

Los radialistas cubanos somos una inmensa familia, en la cual se integran con idéntica pasión los que realizan un programa y aquellos que lo escuchan: los unos y los otros se convierten en fieles confidentes, con el propósito de alentar amaneceres desafiantes, acompañar jornadas de labor, solazar momentos de descanso y distraer las madrugadas del insomnio.

Por esas razones, a todos los cubanos le pertenece por igual el Día del Oyente y la Familia Radialista, porque junto a un aparato de radio, ante una computadora, tras un micrófono o frente a una consola de audio, cada día contribuimos a la existencia, permanencia y vigencia de un medio de comunicación que ha sabido conjugar su experimentada trayectoria con la pujanza de la modernidad.