Talento y entrega: Bailando en Cuba 2

Los jóvenes habaneros Teresa Carmona y Yordano Burgar Fernández se conocieron en su San Leopoldo Natal, barriada habanera donde comenzaron una amistad, que ahora se solidifica en la pareja 12 del show televisivo Bailando en Cuba 2, programa que cada noche de domingo acapara la atención de muchos en la señal de Cubavisión.

Según Teresa, “el trabajo de pareja funciona muy bien, nos compenetramos de manera satisfactoria, a pesar de nuestras diferencias.

“Entre ambos funciona una buena “química”, nos ayudamos y cada uno aporte lo que sabe, yo desde el conocimiento académico que tengo de baile y él desde sus saberes como  bailador.

“Lo que él ha captado desde el punto de vista artístico lo demuestra el nivel a dónde hemos llegado”, apuntó la joven.

Sobre las sensaciones que los embargan cuando están en el escenario Yordano comentó: “durante la competencia me siento alegre y en confabulación con mi pareja, siento el nerviosismo natural de la competencia, aunque no llega a ser temor, no puedo negar que los nervios atacan.

“Pero creo que si no siento nerviosismo por lo que voy a hacer, entonces no estamos hablando de nada, esa ha sido una premisa en mi vida como deportista y ahora como bailarín”.

Ella cursa el segundo año de la especialidad de danza en la Escuela Nacional de Arte y él es un bailador nato, llegado del mundo del deporte (ex integrante del Equipo Nacional de Lucha Libre), no considera este un obstáculo para su desempeño.

A la interrogante de cuánto ha exigido para él estar a la altura de su pareja, a partir de la procedencia, el carismático joven contestó: “he tenido que esforzarme en algunos movimientos, para poder incorporarme a su rango, en ocasiones he sufrido dolores musculares, adoptar posiciones nuevas para mí y aprender de desempeño escénico, lo que me ha dado la posibilidad de crecer como artistas”.

De Camagüey llegó a Bailando en Cuba 2 Jorge Luís Calvaires Cuba, un joven con formación profesional en la danza, quien gracias a una decisión del jurado comparte la escena con la guantanamera Zaida Liz, conformando la pareja 13.

En relación con el vínculo como pareja, el bailarín apuntó: “nos respetamos mucho, hacemos un trabajo juntos, lo que es vital para el resultado. Tratamos de unirnos cada vez más para formar una sola persona, lo que proyectamos en la escena y ve el jurado.

“No somos tan grandes bailarines, pero la empatía que tenemos nos hace ver inmensos”.

Valoraciones personales sobre la competencia, también fueron esgrimidas por este par de competidores, quienes reconocen el alto nivel de las parejas, incluyendo las que fueron eliminadas, al tiempo que enfatizan en las proyecciones de los bailarines, quienes más que competir demuestran sus conocimientos.

“Vale destacar, apuntó, el interés de todos por aprender cada día algo nuevo. Nos hemos superado y eso se evidencia en el nivel que ha adquirido la competencia”.

Aunque no se nota en la pantalla, estos bailarines son extremadamente nerviosos, al respecto valoraron: “soy extremadamente nervioso y estar aquí representa la superación de uno de mis miedos, confesó él, mi primer miedo era audicionar y lo logré. Le tengo terror a competir, por lo que ese es el rato que menos me gusta.

“Minutos antes de salir a bailar es algo de terror para mí, actualmente hemos puesto en práctica una terapia muy nuestra: nos tomamos de las manos y respiramos profundo, porque ella no se queda detrás con los nervios. Cuando salimos a escena sólo nos acompaña el interés por divertirnos y disfrutar lo que hagamos”.

Antes de despedirnos los chicos de la pareja 13, para conocer qué llevarán de regreso a sus hogares, en ese sentido Calvaires Cuba respondió: “me llevo una mochila llena de amistades, un avión lleno de conocimientos, un pueblo que conoce mi arte, me apoya, y un sinfín de personas especiales”.