El retorno de El Cuento
Pertenezco a esa generación de televidentes cubanos que añora aquellos ya inexistentes espacios dramatizados que nos pusieron en contacto con muchas trascendentales obras de la literatura y la dramaturgia de Cuba y del mundo, sin movernos de la sala de nuestra casa.
Cómo no evocar con tanta nostalgia –porque tengo edad y memoria para ello– las transmisiones de Grandes Novelas, La comedia del domingo, Teatro ICR o El Cuento, con su diverso y siempre bien seleccionado repertorio de obras, autores, géneros, temáticas, estilos.
Sin embargo, sucede que aun en medio de las limitaciones y rigores impuestos por la pandemia, la Televisión Cubana –como una de sus enormes proezas en los tiempos que corren– este 15 de diciembre nos ha traído de retorno El Cuento; y ha tenido el buen tino de hacerlo con Pregúntaselo a Dios, una obra del cuentista, novelista y profesor cubano Rogelio Menéndez Gallo donde se exaltan el patriotismo, el antianexionismo, el humanismo, la solidaridad humana, la inclusión: unos temas tan a tono con las ingentes demandas que nos hacen los momentos actuales.
Tuvo Jorge Alonso Padilla -el director de esta puesta en pantalla- el acierto de traducir al lenguaje televisivo el vigoroso y a la vez conmovedor relato de Menéndez Gallo, haciendo por demás un adecuado uso de la elipsis y la síntesis en unas retrospectivas que le aportaron un mayor impacto a esta producción de la Televisión Cubana y RTV Comercial.
Mucho fue de agradecer entonces que El Cuento eligiera para su retorno –y ojalá para su permanencia– esta joyita de la narrativa cubana, que da la medida de los altos valores en los cuales se ha erigido siempre nuestra nacionalidad. Porque ese joven, patriota, valeroso y homosexual cuyo parlamento final da título a la obra de Rogelio Menéndez Gallo. También “era de ley”, como el mambisito del que Álvaro de la Iglesia hablara en sus Tradiciones Cubanas.
